24 de febrero de 2014

He perdido a un ser querido

En algún momento de nuestra vida vamos a experimentar la pérdida de un ser querido. Tras ello se desarrolla un proceso de duelo. Este es un proceso normal y doloroso, por el cual nuestro cuerpo tiene que adaptarse a esa pérdida y en el que experimentamos con gran intensidad emociones negativas, siendo habitual tener también emociones positivas y por ello no debemos asustarnos. Este proceso tiene una duración e intensidad variable según las personas.

El duelo se manifiesta a través de distintos componentes:
  • Cognitivas: Preocupaciones, imágenes o pensamientos recurrentes, ideas de culpa, dificultad en atención, concentración y memoria…
  • Físicas: Alteraciones en el sueño y el apetito, dolor de cabeza o de estómago, palpitaciones, opresión en el pecho…
  • Motoras: Aislamiento social, enlentecimiento, hiperactividad, hablar con el fallecido, llorar, llevar objetos del fallecido… 
  • Emocionales: tristeza, enfado, impotencia, ansiedad, anhelo, alivio…

¿Qué hacer para superar la pérdida?

Reconociendo que se trata de un proceso doloroso, debemos aceptar la pérdida, ya que nos permitirá adaptarnos a la vida diaria sin el fallecido. Tenemos que ser conscientes de que la persona que nos falta es un referente, y tenemos que empezar a reconstruir una nueva vida sin él y asumir nuevas funciones.  Es positivo, y facilita que el proceso de duelo siga su curso, que mantengamos y aumentemos las conductas adecuadas que ya llevábamos a cabo (trabajar, hacer ejercicio, llevar una alimentación sana, ver a los amigos…), reducir las que son desadaptativas (que ya hemos mencionado) y que son perjudiciales en estos momentos, y si fuera necesario instaurar unas nuevas

Tenemos que llegar a ser capaces de recordar a esta persona con afecto, sin remordimientos. A lo largo del proceso, son sentimientos que van a ir cambiando, pasando de la tristeza, al enfado hasta el cariño. 


Si a pesar de ello, las emociones negativas siguen siendo intensas, si existen pensamientos recurrentes a lo largo del día, alteraciones en el sueño o el apetito, si te encuentras sin ganas de hacer nada, no hay nada de que te haga sentir mejor… Es momento de que acudas a un especialista, para que te ayude a resolver el duelo de forma satisfactoria.

Silvia Abbad-J.A.

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