30 de enero de 2014

Resiliencia: La capacidad para afrontar adversidades

Día a día somos testigos de situaciones catastróficas naturales (terremotos, tifones, huracanes, incendios…) accidentes, robos, ataques terroristas, homicidios…
No solamente hay que estar conectado a los medios de comunicación para enterarnos de sucesos así, estamos rodeados de adversidades, posiblemente en nuestra familia o grupos sociales. En la actualidad estamos viviendo situaciones de desempleo, rupturas, pérdidas, dificultades económicas, cargas familiares, enfermedades… 

Todas ellas son retos que acontecen en nuestra vida, afectándonos de formas tan diversas como personas hay sobre la tierra. No podemos evitar que sucedan, pero si podemos escoger el modo de sobreponernos ante ellos. Podemos ver un reto como algo que nos supera, como algo acontecido que no queremos recordar o como un objetivo a superar del que saldremos fortalecidos.

Se define la resiliencia como la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de la adversidad.

Esta capacidad no la presentan todos los seres humanos, la vamos desarrollando como un proceso a lo largo de nuestra vida. Puede ser facilitada gracias al desarrollo de la propia confianza, la posibilidad de detectar quién soy yo, cuales son mis recursos, mis apoyos y conocer qué puedo hacer.

Cada situación y adversidad requiere una capacidad y una acción resiliente distinta y variable.

Como señalan expertos del mundo de las emociones, en contra de lo que la gente cree, el hecho de sufrir más desgracias de las necesarias, no implica que uno no pueda vivir también muchas alegrías. Las emociones positivas y negativas no son incompatibles. Este factor influiría en la capacidad de visualizar cosas positivas que nos ayuden a resurgir ante dichas dificultades fomentando así una mayor calidad de vida.

La clave no está simplemente rebotar en la dificultad para salir de ella, sino empaparnos de experiencia para salir fortalecidos y recoger herramientas que nos ayudarán a lo largo de nuestra vida.      


Lucía Alonso Pérez

29 de enero de 2014

El apego

¿Quién no siente cariño hacia alguien? Cuando somos pequeños sentimos cariño hacia nuestros cuidadores, especialmente hacia las madres, ¿a que se debe? Esto se explica por la teoría del apego.  


Bowlby desarrolla esta teoría tras una investigación con niños y su figura materna. El apego lo define como un vínculo que se desarrolla el niño con los padres o cuidadores. Esta unión proporciona seguridad emocional, indispensable para el desarrollo de la personalidad, por eso es importante que se establezca un vínculo en las primeras etapas del desarrollo.  

Pero esta característica no es exclusiva de la especie humana, sino que también está presente en otras especies y tiene la misma finalidad, la protección y perpetuación de la  especie.

El vínculo entre el bebé y sus padres viene dado en parte por las conductas innatas de éste: la succión, prensión, llanto, sonrisa; y por las respuestas de los padres a sus necesidades básicas, el contacto corporal que le proporcionan y el lenguaje.

En función de la conducta de los padres hacia su hijo el tipo de apego puede variar y por tanto la respuesta de los bebés hacia ellos y su desarrollo personal será diferente. Ainsworth, tras sus estudios con bebés y la separación de la madre, dedujo que existen 3 patrones de apego: 
  • Apego seguro: Los cuidadores se muestran cercanos, atienden a las necesidades del niño y le dan cariño. Así la persona tenderá a ser más positiva, segura de sí misma y se mostrará amable con otras personas. 
  • Apego inseguro-evitativo: En este caso, el cuidador deja de atender, o lo hace tarde, las necesidades del niño y las conductas de protección, por lo que le impide que desarrolle sentimientos de confianza. Estos se muestran inseguros de sí mismos y con los demás. 
  • Apego inseguro-ambivalente: Los cuidadores atienden a los niños de manera inconsistente, atendiendo a sus necesidades en unas ocasiones, mostrándose sensibles y cálidas, y en otras no, siendo distantes con ellos. El comportamiento del niño será de inseguridad hacia los demás.

La figura de apego se muestra como una figura de protección y seguridad ante lo desconocido, por lo que cuando esta falta, pueden aparecer síntomas ansiosos y en función de determinadas variables desarrollar problemas psicológicos. 


     Silvia Abbad-J.A.

27 de enero de 2014

Feel the food: Haz 5 comidas al día

Estarás de acuerdo con nosotros en que resulta positiva la preocupación actual por comer bien, por no querer ganar peso o por tener una buena imagen. Sin embargo, parece que alimentarse se haya convertido en un mal necesario, de modo que tenemos que comer lo menos posible, de los alimentos que lleven menos calorías, y que luego tenemos que hacer lo que sea necesario para consumir esas calorías que hemos ingerido. Esta tendencia que convierte comer en peligroso no parece tan positiva.

Me gustaría darte una noticia: comer es necesario. De aquello que comemos, nuestro organismo obtiene la materia prima para construirse y la energía para funcionar. Si alimentarse es algo necesario e importante, considerar que comer es peligroso sería lo verdaderamente peligroso. También has de ser consciente de que no puedes hacer lo que quieras con la comida: comer muy poco, o muchísimo, o de forma desordenada, etc. son formas de jugar con la alimentación que, más fácilmente de lo que pensamos, pueden descontrolarse y convertirse en un problema.

Aquí y en sucesivos post nos gustaría presentarte algunas claves para que tengas feeling con la comida.
La primera: HAZ 5 COMIDAS AL DÍA.

• Planifica 3 comidas principales (desayuno, comida y cena) y 2 comidas intermedias para los breaks de media mañana y media tarde (almuerzo y merienda).

• En las comidas principales tienes que comer mayor cantidad que en las intermedias, sin embargo la cantidad exacta y los tipos de alimentos que vas a comer dependen de tus características personales: edad, sexo, etc. Si no tienes muy claro qué comer y cuánto, te sugiero que acudas a un especialista.

• Parece razonable que le dediques el tiempo necesario a comer: alrededor de una hora a las comidas principales y al menos media a las intermedias; comer es una de las cosas más importantes que vas a hacer a lo largo de tu día.

• Haz una planificación realista:
         • Quizá tengas una vida bastante ocupada, por eso conviene que pienses previamente cuándo vas a poder hacer tus 5 comidas. Y sé original y creativo, no tener tiempo es una excusa.
           • Intenta que entre comidas no pasen más de 3 o 4 horas. Así evitarás ir a la siguiente comida con mucho hambre y controlarás más lo que comes.
        • Sé flexible: Muchas de las situaciones de nuestra vida diaria no nos permiten comer cuándo y cómo tenemos planificado: comer fuera, una celebración, etc. Gestiona esto sin obsesionarte. Dentro de la regularidad pueden caber irregularidades, sin que se conviertan en la tónica general.

• Si crees que has comido demasiado, no te saltes la siguiente comida. Mejor reduce la cantidad de comida en la siguiente o el tipo alimento comerás.

• Quizá pienses que si comes 5 veces al día subirás de peso, pero esto no tiene por qué ser así. Quizá habría que ajustar las cantidades de comida o los tipos de alimentos, o pueda deberse al propio proceso de regularización de la alimentación.  

A no ser que un especialista te indique lo contrario por algún motivo o con algún fin, parece razonable hacer 5 comidas al día según estas pautas. Aún así, si consideras que tu alimentación en un problema para ti, que te obsesiona o has perdido el control sobre ella, te aconsejo que acudas a un psicólogo para te ayude con esto.

Nos falta una última pista: Disfruta comiendo. Si vas a tener que hacerlo 5 veces al día, mejor que disfrutes con ello. Prueba nuevos sabores, experimenta cocinando si lo haces, estimula tu sentido del gusto, etc. Recuerda que comer, además de una importante necesidad, puede ser un placer. Y puede ser un placer compatible con comer bien, con no ganar peso o tener una buena imagen.

Feel the food. Disfruta comiendo 5 veces al día.


Roberto Baztarrica

25 de enero de 2014

Premios o castigos, ¿Cuál es la mejor forma de educar a mi hijo?

A la hora de educar a nuestros hijos o de tratar de inculcar un comportamiento adecuado a un niño, nos surgen grandes dificultades y limitaciones. ¿Cuál es la mejor forma? ¿Cómo lograr que me haga caso? ¿Qué hacer para que lleve a cabo las conductas que le pido? ¿Hay alguna forma de que deje de hacer las cosas mal?

Las leyes del aprendizaje: “refuerzo y castigo” nos dan respuesta a estas dudas. Debemos saber que un correcto establecimiento de límites ayudará a nuestro hijo a saber comportarse de una forma adecuada en cada una de las situaciones a lo largo de su vida; por tanto debemos enseñarle a que los logros llegan tras el esfuerzo y que una actitud inadecuada tendrá una consecuencia negativa.

La mejor estrategia para lograr esto es reforzar todas las conductas del niño que sean adecuadas, adaptativas y positivas; de modo que las repetirá en sucesivas ocasiones buscando el reconocimiento. Dicho refuerzo debe ser siempre verbal (un mensaje positivo), acompañando de algo físico si fuera posible de forma aleatoria (un abrazo, una galleta, más tiempo para jugar…).
Es fundamental que los refuerzos sean siempre proporcionales al acto realizado, y aconsejablemente lo más próximo a la conducta que queremos que el niño continúe haciendo. El refuerzo es la mejor estrategia ya que siempre dota al niño de conocimientos y pautas de acción que se mantendrán a largo plazo.

¿Pero qué hacemos cuando el niño se porta mal?

En este caso es el castigo la alternativa adecuada, pero debemos saber que existen dos modos de aplicar el castigo:
-Castigo positivo: Consiste en presentar un estímulo negativo para el niño (un grito, un golpe…)
-Castigo negativo: Consiste en quitar al niño algo que le es agradable (quedarse sin realizar una actividad, tener que pagar una “multa”…) este tipo de castigo es el recomendable, debido a que su eficacia es superior al castigo positivo.

El castigo nunca debe ir solo, sino acompañado de una aclaración precisa de qué es lo que se ha hecho mal (de modo que el niño asociará dicho acto con algo negativo) y con una muestra de la alternativa correcta que estamos buscando. Además debemos reforzar al menor cuando sea capaz de realizar la alternativa deseada.
Otra estrategia adecuada es la extinción de la conducta, es muy recomendable cuando el niño realiza conductas para atraer nuestra atención (ya que ésta es un refuerzo para él). En este caso, trataremos de evitar atender las conductas inadecuadas (lloros, gritos, rabietas) y reforzaremos al niño cuando haya logrado calmarse.

Por tanto, para un adecuado funcionamiento del niño debemos inculcar buenos hábitos desde que son pequeños, siendo la clave: Reforzar y valorar todas las cosas que haga bien y vayan aproximándose a la conducta final que deseamos de él.

Lucía Alonso Pérez

El reflejo del león

En una ocasión, un león joven se acercó a un lago para poder calmar su sed. Al ir a beber, vio su rostro reflejado en las claras y espejadas aguas del lago, y se dijo a sí mismo: “¡Vaya! Este lago debe de ser de este león. Debo tener mucho cuidado con él”.
Y, atemorizado, se alejó.
Como tenía mucha sed, regresó días después y allí vio, al ir a beber, otra vez al león, por lo que huyó antes de probar la apetecible agua. ¿Qué hacer?
Los días eran muy calurosos y la sed lo asfixiaba. Lo intentó de nuevo y al ver el rostro del león, rugió, pero entonces el león del lago también lo hizo, sintió pavor y salió corriendo. Apretaba cada vez más el calor y la sed era insufrible. Decidió esperar a hacerse más grande y dejar pasar los años para logran vencerlo, ya que deseaba probar las aguas de aquel lago.
Pasaban los años y cuando lo intentaba de nuevo, sucedía lo mismo; ya que el león que protegía el lago se iba haciendo más grande con el tiempo.
Estaba desesperado y tanta sed tenía que se dijo: “Da igual si muero al beber el agua, pero ya no puedo más”. Lo había intentado muchas veces, pero no se rendía, esta vez iba más decidido que nunca, lo quería lograr.
Se acercó al lago y en el mismo vio al león, mucho más fuerte que en las anteriores ocasiones, firme y esbelto, pero a pesar del temor, metió de golpe la cabeza en el agua para saciar su sed y entonces,
¡Lo había logrado!, el león había desaparecido.

(Cuento Africano)

23 de enero de 2014

Relaciones tóxicas

Seguramente muchos de vosotros habéis oído hablar de “relaciones tóxicas”, pero ¿En qué consisten?
Aunque este término podemos aplicarlo a cualquier tipo de relación: Amistad, pareja, familia… Nos centraremos explícitamente en la relación de pareja. 

Si respondes SI a estas preguntas posiblemente formes parte de una de ellas: ¿Tú pareja arruina todos los momentos felices de tu vida con comentarios pasivo-agresivos? ¿El clima de la relación pasa de bueno a malo en cuestión de segundos? ¿Siempre tenéis algo negativo que decir sobre las actividades que lleváis a cabo? ¿Existe una gran discrepancia en los objetivos vitales, y estilo de vida?

Una relación tóxica es aquélla en la cual una o las dos personas sufren mucho más que disfrutar por el hecho de estar juntos. Uno de los integrantes (en algunos casos ambos) se ven sometidos a un gran desgaste emocional por tratar de sostener la relación.

Se establece por tanto, una relación que provoca más insatisfacción que felicidad a la pareja. En vez de sumar como pareja en búsqueda del bienestar y el disfrute compartido, se genera un vínculo y dinámica de interacción negativa que resta a cada uno de los miembros.

Entonces, ¿Por qué nos mantenemos en una relación tóxica?

- Debido al refuerzo intermitente establecido en la interacción de la pareja. Es decir, a pesar de haber momentos malos o de tensión, también los hay buenos. Este dar “una de cal y una de arena”, provoca un gran enganche emocional generando emociones muy intensas, tanto positivas como negativas.

-Asumir un rol de víctima o dependencia frente a tu pareja, frecuentemente basado en una baja autoestima personal y miedo a la soledad.

- Falsa percepción de control en la pareja, creyendo que existe la posibilidad de cambio y de retomar una interacción saludable, aunque posiblemente nunca ha existido.

- Un sentimiento de culpa indefinido y sin causas determinadas, que genera gran inseguridad.

Podemos concluir con que una pareja tóxica se basa en una interacción negativa e insatisfactoria, que provoca un desgaste emocional; pero que genera un malestar mayor cuando la pareja se separa, debido al enganche emocional que se establece en la relación.

Identificar, reconocer y aceptar esta dinámica, es fundamental para lograr un cambio.
Tanto si la decisión final es la ruptura de la relación, como el trabajo común de la pareja por retomar una relación saludable, supone un esfuerzo; por lo que suele ser recomendable la colaboración de un profesional en dicho proceso.


Lucía Alonso Pérez


21 de enero de 2014

¿QUÉ SABES DEL TABACO?

Aproximadamente fuma el 24% de la población, siendo el tabaco la primera causa de muerte en España, afectando de forma secundaria en diversos problemas de salud.
Un dato alarmante es que a pesar de conocer los efectos negativos del consumo de tabaco, solamente el 10% de los fumadores tienen un deseo real de cambio.
La edad de inicio de consumo ha descendido en los últimos años a los 13,5 años. Y los profesionales determinan que el tabaco es un predictor del futuro consumo de otras drogas en los jóvenes.

El consumo de tabaco es considerado una adicción, ya que está ligado a un proceso de dependencia.
Pero en este caso, se conjugan diversos factores, determinando una adicción social (lugares de consumo, aceptación social…) psicológica (conducta integrada en nuestro día a día) y biológica (generando cambios fisiológicos internos en el ser humano).
Dicha multiplicidad de factores genera una interacción encadenada de dependencia, no siendo en la mayoría de las ocasiones útil o eficaz el empleo de un sustitutivo, como por ejemplo la nicotina.

Se requerirá por tanto el trabajo con los tres factores que interactúan en el proceso y que están favoreciendo el mantenimiento de  dicha adicción. 
Se aconseja una reducción progresiva del tabaco antes de abandonar el consumo.
En contra de lo que piensa la sociedad, el tabaco de liar genera mayor adicción, ya que la persona absorbe mayor cantidad de nicotina y productos perjudiciales para la salud. Siendo esta estrategia una inadecuada y perjudicial solución para reducir el consumo de tabaco.

Existen tratamientos especializados muy eficaces para dejar de fumar, siempre y cuando sean llevados a cabo por profesionales. Dichos tratamientos se ajustarán al tipo de paciente y su estilo de consumo. 
Siendo relevante la intervención clínica en adolescentes, embarazadas y ancianos para quienes no se recomienda el uso de fármacos.

La pauta principal para dejar de fumar es querer dejarlo de forma voluntaria y mostrarse dispuesto a hacer frente al proceso de forma firme.


Lucía Alonso Pérez

20 de enero de 2014

¡Cuida tu estado de ánimo!

Las fluctuaciones en el estado de ánimo son frecuentes y normales, de modo que experimentar tristeza en alguna ocasión no es sinónimo de estar deprimido o de tener un problema mental. El inconveniente podemos encontrarlo cuando la tristeza dura más de lo esperado, su intensidad es muy elevada o cuando comienza a interferir en el día a día. Para evitar que esto ocurra, podemos hacer uso de algunos recursos sencillos y muy útiles.

-     Aceptar los altibajos
Como acabamos de decir, es natural que el estado de ánimo experimente sutiles fluctuaciones. De modo que el primer paso que tenemos para controlar nuestro ánimo, es aceptar que estos cambios son normales. Al normalizar y aceptar esta situación, estamos en mejor disposición de poner soluciones y de acortar nuestro sufrimiento.

-     Controlar de pensamientos negativos
Cuando el estado de ánimo está bajo, solemos generar  una gran cantidad de pensamientos negativos que tiñen de oscuro nuestra realidad. En estas situaciones es recomendable distraerse, relativizar dichos pensamientos y no tomarlos como si fueran un fiel reflejo de la realidad.
Puede ayudarte llevar a cabo técnicas de distracción del pensamiento. Es decir, centrar la atención en elementos del entorno, llevar a cabo actividades que requieran atención como puede ser realizar un crucigrama… El objetivo final es generar otros pensamientos que no contribuyan a que el malestar aumente.

-     Mantener un nivel de actividad adecuado.
Cuando el estado de ánimo está bajo la tendencia es a “no hacer nada” ya que es común experimentar apatía o pereza. A pesar de ello, sabemos que la actividad es un potente antídoto contra el bajo estado de ánimo, aunque también sabemos que no todo lo que hagamos  va a conseguir que nos sintamos mejor. Es importante escoger actividades gratificantes y que impliquen cierto nivel de movimiento. Te recomendamos que practique ejercicio físico de forma regular, te relaciones con personas de tu entorno, amigos, familiares… y que practiques actividades con las que te sientas cómodo y con las que disfrutes plenamente.  

Paula Gordillo

19 de enero de 2014

Negociando con tu hijo adolescente

Los estilos educativos han evolucionado en los últimos años, nada tienen que ver con las pautas que aplicaban nuestros padres y abuelos. 
Ha cambiado la interacción entre padres e hijos,  fomentando la educación basada en las consecuencias y en las leyes del aprendizaje.

Es cierto que en el núcleo familiar son las figuras parentales quienes establecen las normas y los límites; pero no debemos olvidar que los menores también tienen sus derechos.
Al mismo tiempo que los niños crecen, deben crecer así sus deberes, responsabilidades y derechos. Pero es toda la familia quien debe adaptarse a las nuevas necesidades.
Por tanto el equilibrio entre todo ello y el establecimiento de unas consecuencias adecuadas, facilitarán una interacción eficaz entre padres e hijos.

Una vez llegado a la adolescencia el menor tratará de cruzar límites y buscar su propia autonomía, pudiendo generar discrepancias, discusiones y situaciones desagradables si no se maneja correctamente.
La negociación es una buena herramienta, fundamental que ayuda a establecer un equilibrio entre ser permisivo y restrictivo como padres.

La clave de la negociación es la exposición por ambas partes de ¿Qué queremos? y ¿Qué estamos dispuestos a dar a cambio? Donde el resultado final se basa en una decisión conjunta intermedia y no una imposición, aunque la aceptación final la toman los padres, ya que mantienen su papel de autoridad.

Con ello no solo fomentamos la participación del adolescente y aumentamos su sensación de escucha y aceptación en la familia, sino que le dotamos de un ejemplo y una herramienta eficaz que podrá aplicar en distintos ámbitos de su vida.

Algunos factores decisivos para que esta práctica sea efectiva son:

-Que ambas partes se preparen para la negociación.
-Buscar el momento más adecuado.
-Establecer, exponer con claridad y comprender los objetivos.
-Escuchar activamente a tu hijo.
-Estar receptivo a ceder ante las peticiones y marcar consecuencias claras.
-Si se llega a un acuerdo final entre ambas partes, es aconsejable sellar un trato, como por ejemplo un contrato simbólico.

Lucía Alonso Pérez

18 de enero de 2014

Las ranitas y la nata

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían. Era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en una masa espesa como arenas movedizas.

Al principio, las dos ranitas patalearon con fuerza en la nata tratando de llegar al borde del recipiente. Pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse una y otra vez. Sentían que a cada momento era más difícil salir a la superficie y poder respirar. Una de ellas finalmente dijo en voz alta: “No puedo más, es imposible salir de aquí, en esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo el sentido que tiene morir agotada por un esfuerzo estéril.”

Y dicho esto, dejó de patalear. Se hundió con rapidez. Fue literalmente tragada por el espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente, o quizás más tozuda, se dijo:
“No hay manera, nada se puede hacer para avanzar en esta cosa, sin embargo, aunque sé que se acerca la muerte, prefiero luchar hasta el último intento, no quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora.”

Y con esta idea siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, de tanto agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.

Sorprendida, la rana dio un salto y patinando llego al borde del recipiente desde allí saltó al camino y regresó a su casa croando alegremente.
                                                                                                                               
  
   (Jorge Bucay)

17 de enero de 2014

¡PELIGRO, es tiempo de rebajas!

Seguro que muchos de vosotros esperabais el comienzo de las rebajas con ansia y nerviosismo. El momento de comprar aquello que no os podíais permitir, cambiar el fondo de armario o simplemente para daros un caprichito.

Ir de compras, esa actividad que tanto suele gustar, puede ser divertida, emocionante y gratificante para muchas personas pero también puede convertirse en un gran problema para otras. Nos referimos a las personas que compran de forma descontrolada, es decir, de los compradores compulsivos.

Si te detienes a reflexionar sobre el proceso mental que haces antes de comprar algo verás que primero detectas el artículo, valoras determinados detalles (precio, utilidad, necesidad…) y tras esta evaluación decides comprarlo o no. En el caso de los compradores compulsivos el proceso es mucho más rápido, se sienten atraídos por el producto y van a caja a pagarlo. Puede que alguno de vosotros haya recordado alguna ocasión en la que comprasteis de este modo, pero para que se considere que hay un problema debe ser un estilo de compra habitual y estable.

A pesar de lo que pueda parecer, son personas que pasan mucho tiempo en las tiendas, gastan grandes cantidades de dinero llegando incluso a endeudarse y en rara ocasión disfrutan de lo que han comprado. También se caracterizan por presentar otros problemas como la ansiedad, déficit en el manejo de sus propias emociones, bajo estado de ánimo o trastornos de alimentación. En definitiva, son personas que sufren porque a pesar de que se proponen controlarse, son incapaces.

Aunque sólo afecta en torno a un 6-7% de la población, tanto hombres como mujeres, se relaciona el periodo de rebajas con la aparición de nuevos casos. Por eso, te damos algunos consejos para controlarte cuando vayas de compras:

-  Antes:
o  Anota en una lista aquellas cosas que te gustaría comprar, así evitarás cosas innecesarias.
o  Diferencia entre necesidades y caprichos.
o  Establece un límite en el gasto (por artículo o en total). Piensa en tu economía a largo plazo.

-  Durante:
o  Evita tentaciones. Centros comerciales, outlet, mercadillos… Ve sólo si necesitas algo específico.
o  Valora si a pesar de estar rebajado, tiene un precio razonable.
o Cuidado con la tarjeta de crédito y pagos aplazados, es más difícil contabilizar lo que se está gastando.

-  Después:
o  Guarda los tickets. Puede que cambies de idea y decidas devolver lo comprado.
o  Anota los gastos.


Paula Gordillo

13 de enero de 2014

Mi nuevo propósito: hacer deporte

Seguro que muchos de vosotros os habéis propuesto con el nuevo año comenzar  a hacer ejercicio. Pero todos sabemos que no es nada fácil.

El principal obstáculo que nos encontramos cuando comenzamos a hacer deporte, es instaurarlo en nuestra rutina. Es frecuente encontrar cosas mejores que hacer, imprevistos de última hora, falta de tiempo o que la pereza nos invada por sorpresa.  Pero también conocemos que el deporte comienza siendo una obligación y con el paso del tiempo, se convierte en algo imprescindible.

Como sabemos lo importante que es el ejercicio tanto para nuestra salud mental como física, queremos ayudarte a comprometerte con tus metas y a conseguir tus objetivos. A continuación te mostramos unos puntos que pueden ayudarte:

1.   Planifica con antelación en qué momento del día vas a hacer ejercicio. Es preferible hacerlo en un horario fijo,  para que sea más sencillo incorporarlo en nuestro día y que se convierta en un hábito.

2.    Comprométete con otras personas. Quedar con amigos para hacer ejercicio lo hace más agradable y favorece que se incorpore antes a la rutina. También puedes contratar a un entrenador personal o apuntarte a clases con horarios establecidos.

3.    Ve poco a poco. Si llevas mucho tiempo sin practicar ejercicio o si te cuesta mucho esfuerzo hacerlo, te aconsejamos que comiences con una actividad poco demandante, por ejemplo: pasear.  Puedes comenzar con paseos de media hora varias veces por semana, e ir aumentando la frecuencia y duración.

4.    Cuando vayas encontrándote más cómodo, introduce ejercicios más exigentes como correr, montar en bicicleta o patinar. Al igual que en el caso anterior, ajusta la intensidad y frecuencia del ejercicio a tus capacidades.

5.   Combina estos ejercicios con la gimnasia. Practicar ejercicios de flexibilidad ayuda a liberar la tensión muscular y además, puedes encontrar una gran variedad de actividades por ejemplo: yoga, pilates, gimnasia de mantenimiento… Seguro que encuentras una que se adapte a tus gustos y capacidades.

6.    No olvides felicitarte cuando cumplas tus objetivos.


Paula Gordillo 

10 de enero de 2014

¿Parejas felices?

No existe una fórmula mágica que haga que una relación de pareja sea perfecta. Más bien se trata del trabajo de ambos por mantenerse unidos.

Podemos decir que una pareja es feliz cuando ambos consideran que la relación que mantienen es gratificante. Una relación gratificante va acompañada de un gran número de interacciones positivas. Las interacciones positivas consisten en: dar muestras de cariño al otro; tener un estilo comunicativo adecuado; mostrar respeto y gratitud; pasar buenos momentos juntos, utilizar el humor; tener satisfacción sexual; ser positivos.
  
Cuando la tasa de estas interacciones es mayor, la satisfacción aumenta. 
Es decir, que la satisfacción de ambos está en función del número de intercambios positivos que produzcan entre los miembros de la pareja. 
Por otra parte si la interacción es escasa, aumentaran los negativos, y se reducirá el grado de satisfacción. 
Por tanto, las parejas en conflicto tienen un mayor porcentaje de factores negativos y menos elementos gratificantes.

¿Qué cosas son importantes para el buen funcionamiento de una pareja?

  • Confianza: Es una de las bases de la relación y está muy relacionada con la comunicación. La confianza se basa en la sinceridad y la lealtad hacia esa persona. Sin confianza la pareja la relación va a sufrir tensiones y aflorarán las emociones negativas entre los mismos.
  • Refuerzo: Un refuerzo es algo que nos gusta y por tanto queremos volver a experimentar. Para que una pareja se mantenga unida hay que demostrar que la otra persona nos importa. Para ello llevamos a cabo acciones o conductas que le hacen sentir bien, que le gustan, demostrando que es una persona importante en nuestra vida. Tras ello, mostrar agradecimiento de esas acciones favorece que se repitan en un futuro, ya que nos son agradables.
  • Toma de decisiones: Decidir cómo enfrentarse a un problema que afecta a ambos tiene que ser un acuerdo común entre las partes. Si la decisión es mutua y con un enfoque positivo es más fácil que la relación se mantenga unida.
  • Independencia: En una relación de pareja tiene que haber tiempo dedicado a estar con él/ella. Sin embargo es importante que cada uno tenga tiempo para él mismo, para hacer sus actividades, quedar con los amigos… de este modo fortaleceremos la relación. 
       
        Silvia Abbad- J.A

9 de enero de 2014

¡ Márcate Objetivos !

“Si quieres triunfar no te quedes mirando la escalera, empieza a subir escalón por escalón hasta que llegues arriba.”

Con cuanta frecuencia nos encontramos frente a situaciones difíciles, frustrantes o que nos dan pereza en nuestra vida. A pesar de que en muchas ocasiones pensamos en tirar la toalla o simplemente mirar hacia otro lado, bien es cierto que muchos de estos retos no podemos evitarlos.

La mejor forma de enfrentar un rato cuando algo nos desagrada o nos parece inabarcable, es fraccionarlo en pequeños retos. Seguramente el simple hecho de anticipar que no podremos lograrlo, nos limita a la hora de conseguirlo. Por ello, nos sentiremos más seguros, motivados y eficientes tras la división en pequeñas tareas; muchas de ellas formarán parte de nuestra experiencia, rutina… o simplemente más accesibles.

Lograremos por tanto ir superando paso a paso lo que anteriormente nos parecía imposible.

-Objetivos a largo plazo:
La vida está llena de grandes retos familiares, profesionales, sociales…  la mayoría de ellos nos generan una gran presión personal (lograr una carrera, conseguir un trabajo, formar una familia, tener un coche o una casa…).
Estos objetivos pueden dividirse en infinidad de pasos previos que debemos superar poco a poco.

-Objetivos a corto plazo:
Estos objetivos son los escalones que día a día tenemos que superar. Los cuales puedes cambiar, modificar, mejorar… Son los pasos previos que nos acercan al final.
(Estudiar para un examen, ahorrar la paga que te da tu abuelo, cuidar a tus amigos, ir a correr, tener una dieta sana…)

Ten en cuenta:
-          Los objetivos deben ser  realistas.
-          Divide tus objetivos finales en varios retos más pequeños, mucho más accesibles.
-          Comienza con los objetivos más próximos, de este modo lograrás acercarte de forma más eficaz hacia tu meta.
-          No pienses en el final, ve trabajando y disfrutando de cada paso que enfrentas.
-          Refuérzate por cada reto superado.

Es fundamental que tengas la idea de “a dónde quieres llegar” o “qué quieres conseguir”, pero únicamente como una referencia final. 
Llena tu día de éxitos accesibles que formen el camino correcto y que te acerque un poco más a tu meta.


Lucía Alonso Pérez

7 de enero de 2014

Te damos la bienvenida al blog Feeling

Seguro que conoces la variedad de matices que la palabra feeling encierra: un sentimiento, ser sensible, estar sintiendo, tener un presentimiento o una impresión, el sentido del tacto, tener conexión con alguien, etc. Todo esto nos gustaría que tuviera cabida en el blog Feeling. 
Feeling es un espacio donde vamos a intentar ofrecerte pistas to feel good, para sentirte bien.

¿Por qué queremos hacer este blog?

Ante todo por ti, que nos estás leyendo ahora. Atribuyen a Albert Einstein la frase “en los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Queremos ofrecerte aquí nuestra imaginación y nuestro conocimiento para que reflexiones, para que te entretengas, para que mejores y tu vida se parezca un poco más si cabe a la vida que te gustaría que fuera.

También lo hacemos para disfrutar. Disfrutar de nuestra profesión que nos apasiona, y para disfrutar de nuestra amistad, porque haciendo esto juntos crece, y nos complementa.

Para formarnos cada día, cosa que asumimos como una obligación. Para ofrecerte un contenido de calidad nos obligaremos a informarnos, reflexionar y elegir aquello que vamos a compartir contigo. Además de ayudarte a ti, nos sirve a nosotros.

Y también lo hacemos para que nos conozcas, personal y profesionalmente. Nos gustaría tener feeling contigo. Si en algún momento decides consultar un problema personal con un profesional y piensas en nosotros, estaremos encantados de trabajar contigo para superarlo.

Los temas que aquí se tratan son los que nos preocupan a nosotros como profesionales y también como personas, y los que creemos que te pueden preocupar a ti: cómo relacionarte mejor con tu pareja, cómo sentirte mejor contigo mismo, cómo ayudar a los más pequeños, cómo solucionar tus problemas, etc.
También queremos compartir contigo nuestra visión sobre algunos acontecimientos de actualidad, desde un punto de vista psicológico, y nuestras reflexiones y opiniones sobre distintos temas.
Sólo esperamos que nos sigas leyendo, tener feeling contigo, y que este blog te haga feel good. Nosotros escribimos para ti, pero tú también puedes escribirnos. Y no olvides visitar nuestro Facebook y Twitter.
Esperamos que nuestro blog Feeling sea tu blog.