“Si quieres triunfar no te quedes
mirando la escalera, empieza a subir escalón por escalón hasta que llegues
arriba.”
Con cuanta frecuencia nos encontramos frente a situaciones
difíciles, frustrantes o que nos dan pereza en nuestra vida. A pesar de que en
muchas ocasiones pensamos en tirar la toalla o simplemente mirar hacia otro
lado, bien es cierto que muchos de estos retos no podemos evitarlos.
La mejor forma de enfrentar un rato cuando algo nos desagrada
o nos parece inabarcable, es fraccionarlo en pequeños retos. Seguramente el
simple hecho de anticipar que no podremos lograrlo, nos limita a la hora de
conseguirlo. Por ello, nos sentiremos más seguros, motivados y eficientes tras
la división en pequeñas tareas; muchas de ellas formarán parte de nuestra
experiencia, rutina… o simplemente más accesibles.
-Objetivos a largo plazo:
Estos objetivos pueden
dividirse en infinidad de pasos previos que debemos superar poco a poco.
-Objetivos a corto
plazo:
Estos objetivos son los escalones que día a día tenemos que
superar. Los cuales puedes cambiar, modificar, mejorar… Son los pasos previos que nos acercan al final.
(Estudiar para un examen, ahorrar la paga que te da tu
abuelo, cuidar a tus amigos, ir a correr, tener una dieta sana…)
Ten en cuenta:
-
Los
objetivos deben ser realistas.
-
Divide
tus objetivos finales en varios retos más pequeños, mucho más accesibles.
-
Comienza
con los objetivos más próximos, de este modo lograrás acercarte de forma más
eficaz hacia tu meta.
-
No
pienses en el final, ve trabajando y disfrutando de cada paso que enfrentas.
-
Refuérzate
por cada reto superado.
Es fundamental que tengas la idea de “a dónde quieres llegar”
o “qué quieres conseguir”, pero únicamente como una referencia final.
Llena tu
día de éxitos accesibles que formen el camino correcto y que te acerque un poco
más a tu meta.
Lucía Alonso Pérez
Lucía Alonso Pérez
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