¿Cuántas veces os
habéis preguntado: quién soy yo? Es muy complicado responder a esta pregunta, ya
que tendemos a repetir lo que los demás consideran de nosotros, y definirnos en
función de lo que nos trasmiten desde el exterior.
El autoconcepto y
la autoestima están íntimamente relacionados, pero no son lo mismo. Ser
consciente del concepto que tenemos de nosotros mismos de un modo realista,
puede generar tanto una alta como una baja autoestima. Todo depende del valor
que le demos a nuestra propia definición.
El autoconcepto
es la imagen que tiene una persona de sí misma: es lo que “yo soy”.
- La suma de opiniones,
ideas, valoraciones y sentimientos que cada individuo forma sobre su
propio yo.
- Nuestras características y
capacidades tanto personales (habilidades, rasgos físicos, etc.) como
sociales.
Todas ellas pueden ser valoradas como positivas o
negativas, independientemente de si me gustan o no, dando lugar a diferentes sentimientos.
El autoconcepto no
es algo innato pero forma parte de un continuo, cada persona lo va construyendo
a lo largo de su desarrollo, a través de las experiencias que vive, de las
valoraciones que hace de las mismas y a través de las opiniones y valoraciones
que recibe de los demás.
A lo largo de dicho proceso,
debemos conocer el conjunto de aspectos que conforman nuestro concepto. Un buen
manejo de fortalezas y déficits facilitará que podamos fomentar los aspectos más
positivos y potenciarlos para equilibrar y solventar aquellas limitaciones que
presentemos.
Aprender a conocerme para lograr
conocer a los demás, saber valorar sus cualidades, del mismo modo que
llegaremos a comprender y respetar sus dificultades.
¿Un autoconcepto realista en los niños?
Por todo ello debemos prestar
atención a la formación del autoconcepto de los niños y contribuir a que la
imagen que tengan de ellos mismos sea adecuada, realista y positiva. De esta manera se desenvolverán
con facilidad en las diversas
situaciones y tendrán una autoestima sana.
La familia y la escuela
constituyen las dos principales influencias de formación del autoconcepto. Son
lugares donde pasan por múltiples experiencias de éxito y de fracaso, tanto a
nivel académico como social, donde ponen a prueban sus habilidades y
capacidades. Por tanto debemos estar atentos para detectar sus debilidades y
realzar sus fortalezas.
“Es importante conocerme a mí
mismo para enfrentarme al mundo.”
Lucía Alonso Pérez
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