En los primeros meses la atención de los padres, en especial
la de la madre, va dirigida por completo al pequeño y la pareja puede quedar
desatendida. Tras estos cambios, los padres van a tener menos tiempo para ellos,
lo que puede afectar a la relación de pareja. ¿Quiere decir que ya no somos
importantes para él o ella? Por supuesto que no, lo que ha ocurrido es un
cambio en las prioridades de cuidados de otros que necesitan más atención.
Tener hijos es una fuente de felicidad, motivación esfuerzo y
sacrificio diario para los padres, y ello supone dedicarles parte de nuestro
tiempo. Sin embargo esto no tiene que ser una excusa para descuidar a nuestra
pareja.
¿Qué podemos hacer para mantener sana nuestra relación de
pareja?
- En una familia se hace necesario que exista un reparto de las tareas, tanto domésticas como de cuidado de los hijos. De esta forma podremos hacer las tareas más rápido, nos sentiremos menos cansados y podremos disfrutar de más tiempo libre.
- Establece un tiempo de juego y disfrute con tus hijos al día y programa actividades para el fin de semana. Disfrutar de tus hijos y a la vez de tu pareja os enriquecerá aún más como familia.
- Dedica a tu pareja la atención que se merece: expresa tus sentimientos, muestra señales de cariño con besos, abrazos, miradas y caricias.
- Al menos una vez a la semana dedica un rato para estar con tu pareja, para hablar de cómo ha ido la jornada, escuchar, reír…
- Al menos una vez al mes reserva tiempo para hacer alguna actividad juntos: ir a cenar, al cine, dar un paseo… Podéis retomar alguna actividad que solíais hacer o incluso alguna nueva.
- Busca momentos íntimos con tu pareja y recuperad vuestra vida sexual. Intentad que el cansancio no sea una excusa, ya que es uno de los fortalece la relación de pareja.
No dejes que la rutina del día a día rompa tu relación de
pareja e intenta disfrutar al máximo de ello.
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