Seguro que todos en alguna situación
os habéis visto “obligados” a decir Si cuando en realidad queríais decir
NO. La mala noticia es que esto suele
generar mucha frustración y rabia por lo que es probable que se acabe en
discusiones o reproches pero la buena noticia es que esto es algo normal que a
todos nos pasa, por eso no tienes que torturarte sino aprender a “decir no”.
Nos suele costar más decir que no a
personas que conocemos, con las que tenemos vinculación de algún tipo (jefe,
pareja, familia…). Esto normalmente ocurre porque creemos que al hacerlo se
enfadaran con nosotros, quedaremos mal o deteriorará nuestra relación. Pero la
realidad es que lo que realmente nos hace sentir mal o lo que acaba estropeando
nuestras relaciones, es ir aguantando y aguantando hasta que un día explotamos
y sale a relucir toda nuestra frustración y resentimiento. Cuando esto pasa
solemos ser desagradables e incluso agresivos, dando lugar a lo que en un
principio quisimos evitar.
Ten siempre en cuenta que tienes
derecho a decir que no, al igual que el otro tiene derecho a pedirte algo. Si
eres sincero, agradable y educado te sentirás bien tú y harás que tus
relaciones se basen en la confianza y en el respeto, no en la resignación y en
el miedo.
Hoy os damos
algunas recomendaciones sobre cómo decir no de forma asertiva:
ü Di algo positivo y
sincero: a nadie nos gusta que nos digan que no, así que es importante que
empieces de una forma positiva para que la otra persona no se sienta rechazada.
Sé sincero, expresando tus sentimientos.
Ejemplo: “Me gusta que
hayas contado conmigo, pero...”.
“Me gustaría ayudarte/dejártelo pero…”
ü No te justifiques ni
mientas. Expresa claramente tú idea: lo mejor es que
expreses de forma clara que no estás dispuesto a hacer lo que te están
pidiendo. No le des muchas explicaciones y nunca mientas ni inventes excusas
porque puede fomentar que la gente siga insistiendo o que te descubran.
Ejemplo:
“…lo siento mucho, pero no puedo dejártelo”, “…tengo cosas que hacer” o “…prefiero no dejar
este tipo de cosas”…
ü Si lo consideras
apropiado, propón una solución alternativa con la que te sientas cómodo: a veces no estamos dispuestos a hacer algo, pero nos gustaría
ayudar de algún modo. Una opción es dar alternativas, pero dalas cuando lo
consideres apropiado, no porque te sientas culpable.
Ejemplo. “¿Qué te parece si te
acerco yo a la estación?”, “puedo decirte dónde me lo compré”…
¿Qué hacer cuando la gente es muy
insistente?
A veces nos insisten tanto que
acabamos cediendo, haciendo aquello que estábamos evitando hacer. Con la
técnica del disco rayado, conseguimos
mantenernos en nuestro mensaje sin dejarnos llevar por la incomodidad de la
situación.
Por ejemplo: “Sé que necesitas el
coche pero no me gusta dejarlo”, “lo siento mucho pero no puedo dejártelo”,
“entiendo que lo necesites, pero no me siento cómodo dejándolo”…
Decir que no de vez en cuando no nos
convierte en personas egoístas. ¡No tengas miedo a decir que no!
Paula Gordillo
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