30 de abril de 2014

¿Has oído hablar sobre el crecimiento personal post- traumático?

Aunque resulte imposible y raro, es posible que saquemos cosas positivas de un hecho traumático o de alguna desgracia que nos haya ocurrido. Ver el lado positivo del trauma es encontrar algo bueno en la pérdida que hemos sufrido.
Hay muchos estudios que demuestran que es posible este crecimiento post- trauma. Una investigación que se llevó a cabo con mujeres que había superado el cáncer de mama, encontró que 2 de cada 3 mujeres dijeron que al superarlo habían reordenado las prioridades, dedicaban más tiempo a las relaciones importantes y menos a las tareas más esenciales como tareas domésticas o trabajo. Las mujeres que tenían creencias y pensamientos optimistas a pesar de ser una situación objetivamente negativa, estaban más sanas mentalmente.
En otro estudio se entrevistó a hombres que habían sufrido un infarto. Los que eran capaces de ver el lado bueno de lo ocurrido a las 7 semanas de que hubiera pasado, tenían  menos probabilidad de que se repitiera y más probabilidad de estar sanos 8 años después. Los que culparon a otras personas o a elementos externos de su problema estaban peor de salud, tanto física como mental.

Cuando sufrimos un cambio o una pérdida importante nos vemos arrastrados a plantearnos nuestras prioridades personales, nuestra razón de ser y nuestra identidad. Tras esto es muy probable que hayamos crecido como personas. 

Paula Gordillo

24 de abril de 2014

El ser humano, ese ser que se adapta a lo bueno y a lo malo


Los estudios nos muestran que las cosas “buenas” y los grandes logros sólo nos hacen felices de forma efímera. Pasado un tiempo, volvemos a estar como antes. Pero esto también ocurre con las desgracias y problemas que nos encontramos. Tras un periodo de preocupación, tristeza, angustia o cualquier otra emoción negativa, volvemos a estar como antes. Veamos algunos ejemplos:

  • Ser despedido o ascendido en el trabajo, pierden su efecto sobre el nivel de felicidad en menos de tres meses
  • La riqueza y la felicidad no guardan una fuerte relación. Los ricos son sólo ligeramente más felices que los pobres.
  • A pesar de que ahora tenemos más dinero que hace 50 años, el nivel de satisfacción con la vida no ha aumentado en muchas naciones ricas.
  • Ser más o menos atractivo no incide en  la felicidad.
  • La salud física objetiva, apenas guarda relación con la felicidad.

Pero aunque esto ocurre de forma general, hay algunas situaciones a las que tardamos más en acostumbrarnos como por ejemplo: la muerte de un hijo o de la pareja, un accidente, cuidadores de personas que padecen Alzheimer o el caso de los habitantes de India o Nigeria que se siguen considerando menos felices que las personas de países ricos a pesar de que la pobreza persista desde hace siglos. 

Paula Gordillo

23 de abril de 2014

¿Procastinas?

¿Eres de los que lo deja todo para más tarde? o ¿Sueles ir amontonando tareas pendientes? Si este es tu caso no te desesperes porque puedes aprender a ser más organizado, olvidándote de las prisas y los agobios de última hora.

Normalmente dejamos para más tarde porque nos aburre o desagrada lo que tenemos que hacer. El problema no está en darnos ese respiro sino que mientras lo hacemos perdemos nuestro tiempo, se nos van acumulando tareas y nos sentimos fatal. Pero como hemos dicho anteriormente, puedes cambiar de manera que ¡no dejes para mañana lo que puedas aprender y hacer hoy!

¿Cómo ser más organizado?

1. Párate y piensa a qué dedicas el tiempo. Nuestro día a día suele ser muy rutinario pero es importante saber cuánto tiempo empleamos a cada actividad (trabajo, clases, dormir, tareas domésticas…) y ver en qué momentos estamos libres. Esta tarea es el punto de partida de modo que cuanto más específico y concreto sea, más sencillos serán los posteriores pasos. 

2. Haz un listado con las tareas pendientes u objetivos.

3. Ordénalas en función de la importancia/ urgencia.

4. Planea cómo llevarlas a cabo y cuándo. A veces fracasamos en lo que nos proponemos porque no estamos organizados y esto es muy desmotivante porque solemos atribuirlo a  nuestra falta de valía. Aunque al principio te resulte un poco artificial tener todo planificado, no hay nada mejor que tener un plan para que las cosas salgan bien.

5. Felicítate por el trabajo bien hecho. Hasta que adquieras el hábito de la organización, es probable que cometas pequeños errores o que te dejes llevar por viejas costumbres. Que esto ocurra es normal por lo que sobre todo al principio es muy importante que te felicites por el simple hecho de haberlo intentado. Con el tiempo te sorprenderás de lo que eres capaz de hacer.

Trucos para ganar tiempo: (Davis, 1985)
Aprender a decir “NO” a los objetivos menos prioritarios
- Empieza una tarea sólo cuando hayas finalizado la anterior los
- Deja hueco para los imprevistos
- Pide ayuda
- Las cosas que puedas hacerlas al momento, halas. (Contestar un correo, llamada…)
- Levántate más temprano
- Olvídate de los perfeccionismos

Cómo se suele decir “el tiempo es oro” y “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”

Paula Gordillo

21 de abril de 2014

El valor del anillo

"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-Encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien- asintió el maestro. 

Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda. 


19 de abril de 2014

Las tres rejas

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice:


- Oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.....

- ¡Espera! - lo interrumpe el filosofo - ¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

- ¿Las tres rejas?

- Si. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

- No. Lo oí comentar a unos vecinos.

- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?.

- No, en realidad no. Al contrario...

- ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

- A decir verdad, no.

- Entonces, dijo el sabio sonriendo

- Si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.


Y tú, ¿pasas la información por las tres rejas o te dejas llevar por las habladurías?

16 de abril de 2014

BUENOS AMIGOS EN 3 PASOS

Son muchos los estudios los que demuestran que tener relaciones positivas y satisfactorias con otras personas, son necesarias para conseguir el bienestar.
Un área muy estudiada es el de las relaciones amorosas y se ha comprobado como las personas que tienen un matrimonio estable y satisfactorio, son más felices que los divorciados, viudos o solteros. Pero no hay que pensar que la felicidad es exclusiva de las relaciones amorosas porque tener relaciones profundas y decisivas fuera de la pareja también es necesario para ser feliz.  Por ejemplo, los solteros suelen tener relaciones más estrechas con sus amigos y tienen contacto más frecuente con ellos o por ejemplo, las mujeres que siempre han sido solteras suelen tener círculos sociales muy amplios y consolidados. 

De los estudios también se extrae que tres verdaderos amigos son suficientes para ser feliz. Hay muchas formas pero hay elementos que no se te deben olvidar:  
  •          Dedica tiempo
  •         Habla y escucha.
  •         Manifiesta tu apoyo y lealtad. Ayuda.

    Paula Gordillo

15 de abril de 2014

El cántaro roto

Un cargador de agua tenía dos grandes cantaros que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Uno de los cantaros tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón.


Cuando llegaba, el cántaro roto solo contenía la mitad del agua. Durante dos años esto fue así diariamente. Desde luego el cántaro perfecto estaba muy orgulloso de sus logros, perfecto para los fines para la cual fue creado.

Pero el pobre cántaro agrietado estaba muy avergonzado de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer. Después de dos años le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzado de mí mismo y me quiero disculpar contigo"...

¿Por qué? le preguntó el aguador.

Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga. Debido a mis grietas, solo obtienes la mitad del valor de lo que deberías.

El aguador se sintió muy apesadumbrado por el cántaro y con gran compasión le dijo: "cuando regresemos a la casa del patrón quiero mostrarte algo”.


Así lo hizo y en efecto, de regreso a casa le mostro muchísimas flores hermosas a todo lo largo del camino. El aguador le dijo: “¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino?, tus grietas riegan el camino por donde tú vas todos los días y hacen crecer las flores. Por ti el mundo se embellece. Sin ser exactamente como eres, el mundo no tendría la belleza que tiene el campo.”

ESTILO DE VIDA SALUDABLE


El estilo de vida se refiere al comportamiento, actitudes y hábitos cotidianos, que llevamos a cabo las personas día a día, entre los cuales encontramos tanto comportamientos saludables como no saludables. Estos comportamientos los vamos adquiriendo poco a poco desde que somos pequeños hasta que los convertimos en nuestra forma de vida, por ello el papel de los padres en la educación para la salud es importante.

Desde hace tiempo se habla de que la enfermedad no es sólo física, sino que además se incluyen otros factores. La Organización Mundial de la Salud define que la salud es “el estado de completo bienestar físico, psíquico y social y no solamente la ausencia de enfermedad”. Así, para llevar un estilo de vida adecuado no sólo tenemos que cuidarnos físicamente, sino que también debemos cuidar nuestro bienestar psicológico y social.

Hábitos poco o nada saludables como el sedentarismo, una alimentación inadecuada, basada principalmente en la ingesta de grasas y azúcares, los problemas de sueño, entre otros, nos puede llevar a tener problemas de salud como la diabetes, sobrepeso, hipertensión arterial, altos niveles de colesterol en sangre o dolores musculares. Además problemas del estado de ánimo, autoestima y estrés. Existen estudios que demuestran que llevar un estilo de vida saludable, a través de nuestro comportamiento, podemos prevenir en un 80% padecer enfermedades crónicas.

Llevar a cabo conductas saludables implica desarrollar un estilo de vida saludable que permita nuestro bienestar.

¿Qué podemos hacer para que nuestra calidad de vida mejore?
  •     Realizar ejercicio físico con frecuencia, al menos durante 45 minutos entre 3 y 5 veces a la semana.
  •     Tener unos hábitos alimentarios saludables, llevando una dieta sana y equilibrada.
  •         Tener unos patrones de sueño adecuados, que nos permita descansar.
  •           Afrontamiento adecuado de las situaciones de estrés.
  •           Evitación del consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco o drogas.
  •          Acudir a revisiones médicas y adherencia a los tratamientos médicos.
  •           Fomentar tu autoestima.
  •           Fomentar las relaciones sociales y dedicarles tiempo.

¡Tener una buena salud física mental y social está en tus manos!


Silvia Abbad-J.A.

13 de abril de 2014

El héroe anónimo

Este emotivo vídeo nos muestra una historia que nos ayuda a ver la importancia de cómo los pequeños detalles transforman nuestra vida. La esencia de la vida. ¿Qué pasaría si todos tuviéramos detalles anónimos positivos? ¿Lograríamos un mundo más positivo?

Lo que sí es seguro, es que nosotros creceríamos de forma emocional, crearíamos felicidad.




                                                               ¿Qué deseas de la vida?

9 de abril de 2014

Estableciendo normas

Es frecuente que los padres se sientan desbordados cuando sus hijos no les hacen caso, cuando parece que no les escuchan, cuando hacen lo que quiere y cuando quieren. Estas situaciones se vuelven desagradables cuando los padres, por desesperación, les dan órdenes de forma inadecuada pensando que así sus hijos les harán caso inmediatamente.

Para evitar estas situaciones, los padres deberían determinar unos límites y unas normas, en los que se establece lo que pueden hacer y hasta dónde pueden llegar y que todos deben cumplir, ya que de lo contrario habrá consecuencias negativas.

Los límites y las reglas son importantes y necesarios para el correcto desarrollo y crecimiento del menor, ya que harán que se sienta más seguro y protegido. Debemos establecer normas dentro de la familia para un correcto funcionamiento de ésta, ya que regulan la vida cotidiana y evitan conflictos entre los miembros.

Características que deben tener los límites que vamos a establecer:

- El mensaje debe centrarse sobre la conducta, no sobre la valía del niño. Por ejemplo, si estamos hablando con nuestro hijo y nos interrumpe lo correcto es decirle “Espera que  termine de hablar y después podrás hacerlo tú”, en vez de decirle “Eres un pesado”.
- Ser lo más concretos posible, cuanto más especifiquemos lo que queremos más fácil será para nuestro hijo hacerlo bien. Si las órdenes son largas lo que conseguiremos es que el niño las ignore.
- Hablar con clama, sin gritar, ya que si lo hacemos de esta manera podemos encontrar como respuesta oposicionismo y rabietas por parte del menor.
- Fijar las consecuencias que traerá consigo el cumplimiento o no de la norma o límite.
- Lo más importante: actuar en consecuencia, tanto si lo ha cumplido, para ellos aplicaremos un refuerzo o premio, como si no, aplicando en este caso un castigo.

¿Cómo tenemos que dar una orden para que sea eficaz?

Las órdenes deben aplicarse en todos los casos, NO unas veces sí y otras no. Antes de dar una orden, nuestro hijo tiene que estar informado de cuáles son las normas y los límites que se han establecido y las consecuencias de su incumplimiento, así será más sencillo que la lleve a cabo.

- Deben ser claras y precisas (el niño tiene que saber exactamente qué es lo que se está pidiendo que haga).
- Ser comprensibles para los niños (hay que usar un lenguaje sencillo y adecuado a la edad del niño).
- No deben entrar en contradicción con otras.
- Deben darse de una en una, limitarnos a una sola instrucción y suficientemente espaciadas en el tiempo.
- Deben estar expresadas de una forma positiva. Cuando damos órdenes negativas estamos atendiendo a lo que no tiene que hacer, pero no le decimos qué es lo adecuado.
- Debe darse un refuerzo al pequeño por llevarlo a cabo.

Hay veces que tenemos que negarle algo y por ello ¿soy mal padre/madre cuando le digo a algo que no? No hay que sentirse culpables por decir no. Se trata de un aprendizaje para el futuro, para enfrentarse a muchas frustraciones. En ocasiones solemos utilizar justificaciones para evitar decir no a nuestros hijos (por miedo a cómo vaya a reaccionar, por el poco tiempo que pasamos con ellos, si estamos cansados…), sin embargo debemos ser asertivos y decir no cuando haya que decirlo.

El trabajo de educar a nuestros hijos es duro y que requiere constancia, hay que ponerlo en práctica día a día. Además es muy importante el acuerdo de los padres ante todo, hay que armarse de paciencia y actuar siempre del mismo modo. 


Silvia Abbad-J.A.

8 de abril de 2014

Tú, yo y.... ¡Los niños!

La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre es motivo de alegría. Sin embargo, especialmente cuando es el primero, supone para los padres un gran cambio en su vida. Los horarios, el espacio, los planes de ocio, las vacaciones y hasta las conversaciones giran y se adaptan en torno al bebé, incluso cuando éste ya es más mayor.

En los primeros meses la atención de los padres, en especial la de la madre, va dirigida por completo al pequeño y la pareja puede quedar desatendida. Tras estos cambios, los padres van a tener menos tiempo para ellos, lo que puede afectar a la relación de pareja. ¿Quiere decir que ya no somos importantes para él o ella? Por supuesto que no, lo que ha ocurrido es un cambio en las prioridades de cuidados de otros que necesitan más atención.

Tener hijos es una fuente de felicidad, motivación esfuerzo y sacrificio diario para los padres, y ello supone dedicarles parte de nuestro tiempo. Sin embargo esto no tiene que ser una excusa para descuidar a nuestra pareja.

¿Qué podemos hacer para mantener sana nuestra relación de pareja?
  • En una familia se hace necesario que exista un reparto de las tareas, tanto domésticas como de cuidado de los hijos. De esta forma podremos hacer las tareas más rápido, nos sentiremos menos cansados y podremos disfrutar de más tiempo libre.
  •  Establece un tiempo de juego y disfrute con tus hijos al día y programa actividades para el fin de semana. Disfrutar de tus hijos y a la vez de tu pareja os enriquecerá aún más como familia.
  •   Dedica a tu pareja la atención que se merece: expresa tus sentimientos, muestra señales de cariño con besos, abrazos, miradas y caricias.
  • Al menos una vez a la semana dedica un rato para estar con tu pareja, para hablar de cómo ha ido la jornada, escuchar, reír…
  •  Al menos una vez al mes reserva tiempo para hacer alguna actividad juntos: ir a cenar, al cine, dar un paseo… Podéis retomar alguna actividad que solíais hacer o incluso alguna nueva.
  • Busca momentos íntimos con tu pareja y recuperad vuestra vida sexual. Intentad que el cansancio no sea una excusa, ya que es uno de los fortalece la relación de pareja.


No dejes que la rutina del día a día rompa tu relación de pareja e intenta disfrutar al máximo de ello.

Silvia Abbad-J.A.

5 de abril de 2014

La puerta y los clavos

Esta es la historia de un niño que todos los días se peleaba con su hermano, con sus padres, con sus compañeros del colegio…

Una tarde, su padre le entregó un paquete. El niño muy curioso lo desenvolvió rápidamente y se sorprendió mucho al ver el extraño regalo: era una caja de clavos.

El padre lo miró y le dijo: “Hijo mío, te voy a dar un consejo: cada vez que pierdas el control, cada vez que contestes mas a alguien y discutas, clava un clavo en la puerta de tu habitación”.

El primer día el niño clavó 37 clavos en la puerta.


Con el paso del tiempo, el niño fue aprendiendo a controlar su rabia, por ende, la cantidad de clavos empezó a disminuir. Descubrió que era más fácil controlar su temperamento que clavar clavos en la puerta.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió los estribos. Su padre orgulloso, le sugirió que por casa día que se pudiera controlar sacase un clavo.

Los días fueron transcurriendo y el niño logró quitarlos todos. Conmovido por ello, el padre tomó a su hijo de la mano y lo llevó hasta la puerta, y con clama le dijo: “Has hecho bien, hijo mío, pero mira los agujeros… La perta nunca volverá a ser la misma. Cando dices cosas con rabia, dejan una cicatriz igual que ésta. Le puedes clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo, pero no importa cuántas veces le pidas perdón, porque la herida seguirá siempre ahí. Una herida verbal es tan dañina como una física. Recuerda que los amigos son joyas muy escasas, consérvalos. Cuídalos, ámalos, pero no les hagas daño, hay daños que son irreversibles y no hay perdón que los sane”.

El niño comprendió la enseñanza de su padre y le agradeció profundamente. Se dio cuenta de que al enfadarse no sólo causaba daño a los demás, sino qe también se dañaba a sí mismo. A partir de ese momento jamás volvió a tener que controlar su ira, porque decidió actuar siempre guiado por el amor.


Anónimo