16 de noviembre de 2014

Las 10 cosas… que debes cuidar a lo largo de toda tu vida

1.- Tu familia
La familia es el primer y principal grupo de apoyo, podríamos decir que el apoyo incondicional. Este núcleo nos prepara para entender la vida, y nos dota de habilidades, valores, herramientas y esquemas para afrontar la vida de la forma más adaptativa posible. Además nos educa en el ámbito emocional, clave fundamental para el desarrollo humano.
Pasamos por periodos de mayor y menor independencia del círculo, pero si la relación es sana y correcta, podremos contar unos con otros para siempre.

2.- Tus amigos
Los amigos son “la familia que nosotros mismos elegimos”, la influencia de los amigos marca nuestra forma de ser desde que somos pequeños. Con ellos, compartimos nuestras alegrías y nuestras tristezas. Los amigos van evolucionando junto a nosotros en las etapas de la vida, bien es cierto que vamos perdiendo algunos por el camino debido a que los intereses y el modo de planear la vida en ocasiones varía, pero también es cierto que allá donde vayamos tenemos la posibilidad de conocer a gente estupenda, y por qué no crear estupendos vínculos que nos acompañarán toda la vida.  

3.- Tu formación y educación
La educación y la formación que podamos adquirir a lo largo de nuestra vida, viene relacionado con el interés y la valoración que tengamos hacia el aprendizaje. No estancarnos y continuar aprendiendo cosas nuevas facilitará que estemos más preparados para nuevos retos, circunstancias y realidades que puedan acontecer. Puede venir relacionado tanto con estudiar y acudir a cursos de inglés informática… como ir a clases de deporte, hablar con gente e interesarnos por nuevos temas, leer libros, viajar…

4.- Tu trabajo
Cuanto más crecemos y maduramos más interesados estamos en buscar el equilibrio y la estabilidad para vivir con mayor bienestar. El trabajo es una parte fundamental, tanto por la remuneración como la satisfacción por la realización personal que genera en nosotros. Cuida tu trabajo y trata de disfrutar en él.

5.- Tu cuidado personal
Está muy bien cuidar las áreas que anteriormente hemos indicado, pero para estar cómodo en todas ellos, debes cuidar tu bienestar personal. Valora y pon atención en qué es lo que quieres tú. Cuídate y refuérzate. Tienes que gustarte a ti mismo, será la mejor forma de afrontar el mundo con seguridad.

6.- Tu forma física
Tu forma física viene relacionada con una alimentación sana, saludable y equilibrada; además de una actividad física. Cuidar tu cuerpo es una asignatura pendiente para muchos de nosotros, pero fundamental y clave para nuestro futuro. Debéis saber que incorporar actividades saludables en nuestro día a día, mejorará nuestra salud.

7.- Tu autoestima
No podíamos olvidarnos de mencionar la autoestima como una de las 10 cosas que debemos cuidar, ya que nos acompañará toda nuestra vida. La autoestima facilitará o limitará el modo de afrontar la vida, por ello hay que cuidarla por encima de todo. El autoconcepto que tengamos sobre nosotros, la valoración que hacemos sobre nuestras capacidades, habilidades y limitaciones… Se tu mism@ siempre, pero dedica tiempo a valorar cómo eres y qué te gustaría mejorar. La autoestima, como nosotros crecemos y evolucionamos.

8.- Tu descanso
Es importante descansar y tener momentos de autocontrol para cargar nuestras pilas y vivir la vida con la energía necesaria en cada momento. Dormir y descansar es una necesidad biológica, pero además existen actividades que ayudan a hacer mayor hincapié en el conocimiento personal, el silencio, búsqueda de la paz interior, modular nuestras emociones y pensamientos ante situaciones diarias… ¡Todas ellas son estrategias que nos ayudarán a vivir la vida de una forma más equilibrada y estar satisfechos y conscientes de ello!

9.- Tus actividades de ocio y diversión
Llevar a cabo actividades gratificantes, disfrutar del ocio y el tiempo libre, divertirnos solos y en compañía… es importantísimo para llegar a sentir que tenemos una vida plena. No olvides realizar planes y cosas que te gustan todos los días de tu vida.

10.- Tu pareja
Si se da el caso de que tienes pareja, debes sumar este último punto en tu lista de cosas a cuidar. La evolución de una relación positiva y duradera viene ligada al cuidado que ambos llevéis a cabo día tras día.

¿Te has dado cuenta que todo es tuyo?
Tú eres la mejor persona para cuidar de ti mismo en todos los ámbitos de tu vida.
             
                                                                                          Equipo Feeling


                                                                                                                            



14 de noviembre de 2014

Las ranitas en la crema

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema.

Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar.

Una de ellas dijo en voz alta:



— "No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo inútil."

Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:

— "¡No le haré caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora."

Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. ¡Horas y horas!.

Y de pronto... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear, la crema, se transformó en manteca.

La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote.

Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.

Jorge Bucay

12 de noviembre de 2014

¿Vivimos una vida real?

¿Estás orgulloso de tu vida? ¿Cuántas veces piensas que quieres mejorar? ¿Le pones fin a tus objetivos? ¿Valoras día  a día lo que tienes? ¿Hay más cosas positivas o negativas? Y por último… ¿Cuál es la vida perfecta para ti?

Muy posiblemente estas preguntas te han generado más de un interrogantes. La sociedad actual vive vidas muy dispares pero todos nos movemos por tendencias y tenemos los mismos referentes: La prensa, los medios de comunicación, deporte de referencia, ocio y tiempo libre común, redes sociales, personajes públicos…

Vamos generando un “ideal” de vida, que en ocasiones nos juega una mala pasada. Nuestros estímulos nos muestran un “ideal de pareja”  “ideal de trabajo” “ideal de vida familiar” “ideal de la amistad” “ideal de nuestra imagen física” y así sucesivamente, por lo que generamos unos objetivos perfectos en nuestra mente, siendo esclavos de esta irreal perfección. Sabemos que no todo es tan perfecto, y por desgracia todo no es tan perfecto. Vivimos de la imagen, el dinero… y se olvidamos valorar referentes mucho más estables.

¿Cuál es el problema? Os preguntareis muchos de vosotros.
Tenemos un ideal generado, que nos hace desear cosas más irreales que inaccesibles a corto plazo. Este error de expectativas, y de imágenes mentales distantes de la realidad, nos genera un placer e ilusión momentáneo, pero puede ser muy perjudicial a medio largo plazo. No ser muy realista en nuestros pensamientos, produce un choque de expectativas que puede generar una alteración en nuestro estado de ánimo, y generando sentimientos de “decepción” “impotencia” y “fracaso”. El problema no viene generado por nuestra incapacidad de logro, sino de la distancia que existe entre nuestra realidad y normalidad humana, y la imagen ideal e irreal vendida a la sociedad.


El mundo ha cambiado y la transmisión de valores ha variado negativamente, cuando nos muestran los objetivos o ideales de placer (dinero, producción, cuerpo perfecto, éxito laboral, vida sexual placentera…) ya no se enseña que previo al logro está el esfuerzo, y el trabajo constante es lo que nos da opción al premio final. Además, no se debe olvidar anotar, que no toda la sociedad será capaz de abrir y acceder a todas esas puertas del éxito. De nosotros depende filtrar y valorar cual está dentro de mi realidad.

No olvidéis,
El mundo sería muy aburrido sin generarnos metas elevadas por las que tengamos que luchar y esforzarnos día a día, pero procura que esas metas sean reales y accesibles en un futuro.


Lucía Alonso Pérez

5 de noviembre de 2014

¿EMOCIONES POSITIVAS? PUEDES APRENDER A POTENCIARLAS


Es frecuente pensar que para ser feliz nos deben pasar grandes cosas como que nos toque la lotería, nos asciendan en el trabajo… Pero la realidad es bien distinta, está más que demostrado que podemos ser felices con cosas muy pequeñas siempre y cuando tengamos la actitud adecuada.

Las emociones positivas no sólo nos hacen sentir bien sino que nos vuelve más creativo, simpáticos, enérgicos, sanos y eficientes. Las emociones positivas nos ayudan a encontrarle un sentido a nuestra vida y conseguir nuestros objetivos porque ayuda a que tengamos un buen concepto de nosotros mismos.

Uno de los trucos para incrementar nuestra felicidad, es potenciar los momentos felices. Todos sabemos qué cosas nos gustan y nos hacen sentir bien así que, ¿por qué no utilizarlos para producir experiencias y sentimientos positivos?


Estas actividades influyen en nuestra felicidad de diferentes formas:
  • Fomentan un pensamiento positivo. Al ser más optimistas y positivos, comenzarán a desaparecer esos pensamientos “boicoteadores y machacadores” que tanto daño nos hacen. 
  • Al hacer cosas que nos gustan se fomentan todo tipo de emociones agradables (gratitud, alegría, ilusión…). Esto no sólo nos hace sentir mejor sino que contrarresta los efectos negativos de las emociones desagradables, ¡esas de las que nadie se libra!
  • Nos animan y motivan para seguir generando experiencias positivas. Como hemos visto, este tipo de actividades nos ayudan a sentirnos bien y es precisamente esto lo que favorece que se siga cultivando este hábito. Si haces cosas con las que te sientes bien, cambian tus pensamientos y tus experiencias. Tu felicidad se alarga en el tiempo.


¿Qué tipo de actividad es mejor?
Una de las cosas que más influye en nuestra felicidad es la actividad física. Se ha demostrado en muchas investigaciones como al ejercitarnos, se liberan endorfinas que generan sensaciones placenteras en nuestro organismo. Si aún no tienes el hábito, no esperes más tiempo y recuerda que no es necesario hacer grandes esfuerzos, puedes pasear, bailar, montar en bici… cualquier cosa que ponga en movimiento a tu cuerpo.
También es una excelente opción hacer cosas que impliquen contacto social. Busca personas de las que puedas aprender, que sean positivas y con las que pasar un buen rato. Puedes también emplear parte de tu tiempo en voluntariados o en implicarte en alguna causa social, ayudar a los demás y comprometerte con ellos, es un ingrediente esencial para potenciar emociones agradables.
Y por último, cualquier actividad gratificante. Como hemos dicho puede ser cualquier cosa, desde beber un café recién hecho a ver las fotografías del último verano. El único requisito que deben cumplir estas actividades es que disfrutes realmente con ellas.
Recuerda que si quieres alargar tu felicidad, no es necesario que hagas grandes cosas sino que busques pequeños momentos de felicidad novedosos y atractivos para que sigan conservando su valor gratificante.

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

Benjamin Franklin



Paula Gordillo



4 de noviembre de 2014

VIVIR EL PRESENTE


“Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo: 
-Me han dicho que tú eres sabio…. Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas. 
El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo. 
Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido. 
Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.”

Y tú, ¿vives el presente? 

3 de noviembre de 2014

PERSIGUIENDO METAS

Ya conocemos la importancia de tener objetivos para ser feliz, pero a veces podemos perdernos por el camino y tirar la toalla. Conseguir lo que te propones es mucho más sencillo de lo que crees, te aconsejamos que sigas estas estrategias.
  • Piensa bien antes de elegir: escoge objetivos que estén acorde con tus intereses y valores, que te apasionen y te resulten gratificantes. Intenta que sean compatibles unos con otros y aprende a ser flexible porque al igual que ocurre con otras muchas cosas, los objetivos también pueden cambiar.  
  • Busca objetivos auténticos: si persigues metas que hayas decidido tu, será más gratificante cuando llegues a ellos y más divertido y fácil el camino.
  • Visualízate consiguiendo lo que te propones: si crees en ti mismo y eres optimista es más probable que persistas y finalmente lo consigas. Cuando vayas alcanzando metas, te sentirás más contento y lleno de energía para seguir luchando por tus objetivos.
  • Se perseverante: al igual que un niño cuando está aprendiendo a andar se cae mil veces antes de conseguir mantenerse de pie, conseguir nuestras metas también va a requiere práctica, paciencia y esfuerzo.
  • No te olvides de la motivación: la motivación no cae del cielo, es necesaria alimentarla para que no desaparezca. El interés y el entusiasmo son imprescindibles para mantenerte.
  • Mantén tu mente abierta: a veces el fallo está en que seguimos haciendo una y otra vez lo mismo a pesar de saber que por ese camino no está la solución. Mantente abierto a nuevas oportunidades y posibilidades.
  • “Paso a paso”: es más fácil conseguir un objetivo si se descompone en pequeños pasos. No sólo te ayudará a mantenerte centrado en el objetivo sino que te motivará el hecho de ir superando las distintas etapas y sentirte cada vez más cerca.  


Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, sólo será cuestión de tiempo recoger sus frutos.
Thomas Carlyle




Paula Gordillo

1 de noviembre de 2014

¿Por qué las preocupaciones provocan insomnio?

¿Quién no ha pasado más de una noche dándole vueltas a las cosas en la cabeza y no han podido dormir? ¿Por qué cuanto más intentamos parar de pensar, más viene aquello que nos preocupa a la cabeza? ¿Podemos hacer algo para evitar estos pensamientos? ¿Le pasa a todo el mundo?

A lo largo del día tenemos miles de preocupaciones que surgen en nuestra mente, pero únicamente las que más nos afectan nos acompañan más tiempo, por lo que aquellas con mayor carga emocional y más relevantes en nuestra vida serán más complicadas de evitar, como por ejemplo (acercarse una fecha donde sucederá algo importante, la posibilidad de cambios laborales, discusiones con familiares y amigos, tener cosas pendientes de hacer, problemas de pareja, cosas que nos generan incertidumbre y no sabemos cómo hacerlas frente…)


Durante nuestra jornada tenemos presentes todos estos pensamientos que nos preocupan, pero es cuando llega la noche cuando se hacen más relevantes y molestos produciéndonos ansiedad en muchas ocasiones. Pasamos el día llevando a cabo distintas actividades que absorben la mayoría de nuestra energía y atención, pero por la noche nuestro sistema llega a la fase de relajación, es entonces cuando nuestros problemas aparecen con más intensidad, y la disponibilidad de la atención es plena para estos pensamientos rumiativos, constante  y automáticos.

Resulta paradójico que cuanto más tratamos de evitar un pensamiento, aparece con más intensidad llegando a atormentarnos y cuya activación y trabajo mental hace que no podamos conciliar el sueño. Además ponemos en marcha estrategias que perjudican el proceso, como por ejemplo pensar detalladamente en el problema sin parar de darle vueltas, pensar que no podemos dormir y mirar constantemente el reloj, centrarnos en la afectación emocional que nos genera…

Algunas estrategias que podemos poner en marcha en estas ocasiones son, centrar nuestra atención en la respiración y tratar de regularla, aplazar la toma de decisión a la mañana siguiente, imaginar cosas positivas, no preocuparnos en no poder dormir, ¿Qué es lo peor que puede pasar por estar una noche sin dormir?...

Es cierto que este problema afecta a unas personas con más intensidad que a otras, pero todos hemos pasado noches con insomnio por esta causa; tanto sin poder conciliar el sueño, o levantándonos varias veces sobresaltados por ello. Cuando la frecuencia es mayor y la solución se alarga en el tiempo, hay personas que pueden llegar a invertir el ritmo natural del sueño, para no tener que dormir por la noche y evitarse el sufrimiento que esto puede generar.

A pesar de ser inherente a la vida humana, sí podemos reducir la afectación del mismo llevando a cabo una rutina de sueño adaptativa, o poniendo en marcha pautas de higiene de sueño.


Lucía Alonso Pérez