8 de marzo de 2015

La inocencia del juego

¿Hace cuanto tiempo no jugáis? ¿Por qué cuando somos adultos dejamos de jugar? ¿Qué beneficios tiene el juego en nuestra vida?
La simple acción de jugar cuando somos niños es clave para el desarrollo de nuestra vida, nos ayuda a: potenciar nuestros sentidos, facilitar nuestro desarrollo psicomotor y motriz, desarrollo de la autonomía personal, aprender valores-normas-esquemas, maduración social y afectiva, establecimiento de bases de las relaciones sociales, establecer un equilibrio emocional, potenciar el conocimiento y los procesos cognitivos (atención, memoria. etc)…
A la vez que maduramos, el juego y las funciones que cumple varía; de forma que va siendo más adaptativo para las necesidades que vamos encontrándonos en cada edad. Pero este desarrollo tiene sus bases en la infancia, y lo aprendido entonces, nos acompaña toda la vida.
Una de las bases del juego es la imitación, actuar en función de un papel. Cuando somos pequeños jugamos a: ser médicos y profesores, papas y mamas… todas estas representaciones de distintos roles nos ayudan a crear esquemas. La búsqueda de distintos comportamientos que debemos poner en marcha en diversos momentos de nuestra vida. Así en nuestra vida adulta contaremos con la flexibilidad de variar y modificar nuestra actuación en función de “si estamos trabajando o estamos en casa”, al igual que “si estamos con un familiar o con un desconocido”. Tenemos distintas formas de representar, nuestra única realidad.
El juego en la edad adulta nos ayuda a aprender para la vida, nos enseña a perder y ganar, base fundamental de nuestro día a día. Por ello modificamos el juego de representación hacia situaciones de incertidumbre o riesgo, con un objetivo final donde nuestra actuación juega el papel principal.
A pesar de que crecemos y vamos dejando menos tiempo al juego, no debemos olvidarnos de un factor importante: La imaginación, es fundamental para la capacidad de creación. 
La imaginación potencia nuestra ilusión día tras día, y así facilita tener sueños y luchar por ellos.
Una de las razones por las que el hecho de “jugar” es tan importante es porque solo el hecho de dedicar un rato a pasarlo bien, ya provoca un aumento de los niveles de endorfinas. Disfrutar, reír, hacer actividades divertidas con los amigos ya es saludable porque en sí mismo.
-“Es hora de perder el tiempo haciendo el tonto, jugando, como solo los niños saben hacer”.–
Lucía Alonso Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario