5 de noviembre de 2014

¿EMOCIONES POSITIVAS? PUEDES APRENDER A POTENCIARLAS


Es frecuente pensar que para ser feliz nos deben pasar grandes cosas como que nos toque la lotería, nos asciendan en el trabajo… Pero la realidad es bien distinta, está más que demostrado que podemos ser felices con cosas muy pequeñas siempre y cuando tengamos la actitud adecuada.

Las emociones positivas no sólo nos hacen sentir bien sino que nos vuelve más creativo, simpáticos, enérgicos, sanos y eficientes. Las emociones positivas nos ayudan a encontrarle un sentido a nuestra vida y conseguir nuestros objetivos porque ayuda a que tengamos un buen concepto de nosotros mismos.

Uno de los trucos para incrementar nuestra felicidad, es potenciar los momentos felices. Todos sabemos qué cosas nos gustan y nos hacen sentir bien así que, ¿por qué no utilizarlos para producir experiencias y sentimientos positivos?


Estas actividades influyen en nuestra felicidad de diferentes formas:
  • Fomentan un pensamiento positivo. Al ser más optimistas y positivos, comenzarán a desaparecer esos pensamientos “boicoteadores y machacadores” que tanto daño nos hacen. 
  • Al hacer cosas que nos gustan se fomentan todo tipo de emociones agradables (gratitud, alegría, ilusión…). Esto no sólo nos hace sentir mejor sino que contrarresta los efectos negativos de las emociones desagradables, ¡esas de las que nadie se libra!
  • Nos animan y motivan para seguir generando experiencias positivas. Como hemos visto, este tipo de actividades nos ayudan a sentirnos bien y es precisamente esto lo que favorece que se siga cultivando este hábito. Si haces cosas con las que te sientes bien, cambian tus pensamientos y tus experiencias. Tu felicidad se alarga en el tiempo.


¿Qué tipo de actividad es mejor?
Una de las cosas que más influye en nuestra felicidad es la actividad física. Se ha demostrado en muchas investigaciones como al ejercitarnos, se liberan endorfinas que generan sensaciones placenteras en nuestro organismo. Si aún no tienes el hábito, no esperes más tiempo y recuerda que no es necesario hacer grandes esfuerzos, puedes pasear, bailar, montar en bici… cualquier cosa que ponga en movimiento a tu cuerpo.
También es una excelente opción hacer cosas que impliquen contacto social. Busca personas de las que puedas aprender, que sean positivas y con las que pasar un buen rato. Puedes también emplear parte de tu tiempo en voluntariados o en implicarte en alguna causa social, ayudar a los demás y comprometerte con ellos, es un ingrediente esencial para potenciar emociones agradables.
Y por último, cualquier actividad gratificante. Como hemos dicho puede ser cualquier cosa, desde beber un café recién hecho a ver las fotografías del último verano. El único requisito que deben cumplir estas actividades es que disfrutes realmente con ellas.
Recuerda que si quieres alargar tu felicidad, no es necesario que hagas grandes cosas sino que busques pequeños momentos de felicidad novedosos y atractivos para que sigan conservando su valor gratificante.

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

Benjamin Franklin



Paula Gordillo



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