Es frecuente pensar que para ser
feliz nos deben pasar grandes cosas como que nos toque la lotería, nos
asciendan en el trabajo… Pero la realidad es bien distinta, está más que
demostrado que podemos ser felices con cosas muy pequeñas siempre y cuando
tengamos la actitud adecuada.
Las emociones positivas no sólo nos
hacen sentir bien sino que nos vuelve más creativo, simpáticos, enérgicos,
sanos y eficientes. Las emociones positivas nos ayudan a encontrarle un sentido
a nuestra vida y conseguir nuestros objetivos porque ayuda a que tengamos un
buen concepto de nosotros mismos.
Uno de los trucos para incrementar
nuestra felicidad, es potenciar los momentos felices. Todos sabemos qué cosas
nos gustan y nos hacen sentir bien así que, ¿por qué no utilizarlos para
producir experiencias y sentimientos positivos?
Estas actividades influyen en nuestra
felicidad de diferentes formas:
- Fomentan un pensamiento positivo. Al ser más optimistas y positivos, comenzarán a desaparecer esos pensamientos “boicoteadores y machacadores” que tanto daño nos hacen.
- Al hacer cosas que nos gustan se fomentan todo tipo de emociones agradables (gratitud, alegría, ilusión…). Esto no sólo nos hace sentir mejor sino que contrarresta los efectos negativos de las emociones desagradables, ¡esas de las que nadie se libra!
- Nos animan y motivan para seguir generando experiencias positivas. Como hemos visto, este tipo de actividades nos ayudan a sentirnos bien y es precisamente esto lo que favorece que se siga cultivando este hábito. Si haces cosas con las que te sientes bien, cambian tus pensamientos y tus experiencias. Tu felicidad se alarga en el tiempo.
¿Qué tipo de actividad es mejor?
Una de las cosas que más influye en
nuestra felicidad es la actividad física.
Se ha demostrado en muchas investigaciones como al ejercitarnos, se liberan
endorfinas que generan sensaciones placenteras en nuestro organismo. Si aún no
tienes el hábito, no esperes más tiempo y recuerda que no es necesario hacer grandes
esfuerzos, puedes pasear, bailar, montar en bici… cualquier cosa que ponga en
movimiento a tu cuerpo.
También es una excelente opción hacer
cosas que impliquen contacto social.
Busca personas de las que puedas aprender, que sean positivas y con las que
pasar un buen rato. Puedes también emplear parte de tu tiempo en voluntariados
o en implicarte en alguna causa social, ayudar a los demás y comprometerte con
ellos, es un ingrediente esencial para potenciar emociones agradables.
Y por último, cualquier actividad gratificante. Como hemos
dicho puede ser cualquier cosa, desde beber un café recién hecho a ver las
fotografías del último verano. El único requisito que deben cumplir estas
actividades es que disfrutes realmente con ellas.
Recuerda que si quieres alargar tu
felicidad, no es necesario que hagas grandes cosas sino que busques pequeños
momentos de felicidad novedosos y atractivos para que sigan conservando su
valor gratificante.
La felicidad
humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden
ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Benjamin Franklin
Paula Gordillo
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