Cuantas personas no están satisfechas con su trabajo, o
cuantas a pesar de estar a gusto comienzan a dudarlo debido a las horas extra,
aumento de presión, exigencias y responsabilidades… Pues si comienzas a
detestarlo, no te dejes llevar por una época mala, vamos a tratar de darte
pautas para resistir y que nuestra semana no se reduzca al trabajo únicamente.
Cuando debemos hacer frente a unas demandas que nos superan,
vivimos esa situación como estresante, lo que nos genera una activación de
nuestro cuerpo que produce ansiedad. Dicha alteración provoca problemas
secundarios como pueden ser problemas para conciliar el sueño, alteraciones en
nuestra alimentación, mostrarnos más irritables, sensación de ineficacia y
agotamiento…
Inicialmente no supone un problema, ya que es lógico que ante
los cambios laborales (nuevos proyectos, ascensos, época de mayor demanda,
evaluaciones…) nuestro cuerpo reaccione con un estado de activación y alarma.
El problema aparece cuando el estresor permanece a lo largo del tiempo y no
somos capaces de adaptarnos a ello.
¿Cómo nos puede afectar este problema extendido en el tiempo?
· Puede generar problemas relacionados
con la salud: Dolores musculares, hipertensión, dolores de cabeza, alteraciones
del sistema digestivo, úlceras gástricas…
· Cuando hay una alteración del sistema
de alerta de nuestro organismo, se produce un desequilibrio hormonal, afectando
por ejemplo a nuestro sistema inmunológico que puede facilitar por ejemplo
ponerte enfermo con frecuencia y una notable pérdida de energía.
· Reducción de la concentración y
memoria, afectando en la calidad de las labores que se deben realizar.
Generando problemas de rendimiento y eficacia laboral.
· Pérdida de motivación, cansancio y
emociones negativas como tristeza, frustración.
Debido a que no podemos mantener nuestro estado de activación
mucho tiempo, finalmente se produce un agotamiento; lo que produce “estar
quemados” o “fatiga laboral”.
El problema más significativo, no viene marcado por las
alteraciones personales, sino por lo que genera a nivel de nuestras relaciones
personales. Este problema dificulta conciliar nuestra vida laboral, familiar,
social y personal.
Algunas recomendaciones que podemos darte son:
- Fomenta
la calidad y disfrute del tiempo que estás fuera del ambiente laboral.
- Trata
de descansar y dedica tiempo a alimentarte correctamente.
- Organiza
y gestiona tu tiempo.
- Realiza
ejercicio físico y pon en marcha alguna técnica de relajación.
- No
recurras a conductas desadaptativas, como por ejemplo el tabaco, café y bebidas
alcohólicas para despejarte.
- Trata
de desconectar una vez acabada la jornada laboral y en los momentos de
descanso: Disfruta de la hora de comida sin hablar de lo que te queda por
hacer.
- Realiza
actividades agradables y de ocio.
Estos
recursos, facilitarán tanto tu bienestar personal, como la posibilidad de
llevar a cabo tu jornada laboral con mayores capacidades y de forma más eficaz.
Lucía Alonso Pérez
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