11 de mayo de 2014

El Efecto Pigmailión o la Profecía Autocumplida


Lo que queremos que pase en nuestra vida, haremos lo necesario para que pase.

El psicólogo Robert Rosenthal llevó a cabo un estudio acerca de las expectativas afectaban en el rendimiento de los alumnos de una escuela de primaria de San Francisco. En este estudio se midió el CI (cociente intelectual) de los alumnos sin dar los resultados a los profesores. De todos los alumnos se escogieron ala azar algunos alumnos, y se les dijo a los profesores que habían esos alumnos había sacado las puntuaciones más altas en la prueba de inteligencia.
Después de un año se volvió a repetir el test y se comprobó que los alumnos elegidos al azar habían incrementado de forma significativa su CI con respecto al de los compañeros, en los que su CI también aumentó pero no de forma tan evidente.
De esta forma Rosenthal pudo comprobar que las expectativas positivas del profesor influyen en el desarrollo académico de los alumnos. A esto se llama Efecto Pigmalión o profecía autocumplida.
La teoría de la profecía autocumplida demuestra que cuando tenemos una creencia firme hacia alguien finalmente se termina por cumplir. ¿A qué se debe? Esto se produce porque actuamos en función de las expectativas que tenemos hacia los demás.
Por ejemplo, si un buen amigo nos presenta a alguien y previamente nos cuenta que es una persona mentirosa, nosotros estaremos pendientes de si lo que dice es verdad o mentira. Otro ejemplo es cuando creemos que algo no sabemos hacerlo, como bailar o cocinar, porque ya lo hemos intentado otras veces y no nos ha salido bien. En este caso, nuestra actitud será dejar de intentarlo y comprobar de nuevo que no somos capaces de logarlo.
Por ello debemos tener cuidado con las etiquetas propias y que tenemos de cada uno, ya que nuestro comportamiento será el de corroborar que estamos en lo cierto. Debemos ser más objetivos, eliminando los prejuicios, ya que nos podemos privar a nosotros y a los demás de tener oportunidades importantes en nuestra vida.

Silvia Abbad-J.A.


No hay comentarios:

Publicar un comentario