Después de 2 meses de vacaciones en los que nos hemos
divertido, hemos descansado y hemos olvidado cosas como madrugar, ahora tenemos
que volver a la rutina. A las personas adultas nos cuesta trabajo volver a esa
“normalidad” y a veces nos podemos olvidar de que a los más pequeños también
les resulta complicado.
Por tanto, el síndrome postvacacional
también afecta a los más pequeños de la casa.Este se manifiesta con síntomas
como cansancio, irritabilidad o pérdida del apetito. En la actualidad, 3 de
cada 10 niños sufren ansiedad e irritabilidad por la vuelta al cole.
¿Quieres evitar que le pase esto a tu hijo? Para ello el
papel de los padres es importante. La vuelta a la rutina requiere de un proceso
de adaptación, en el que se deben involucrar tanto a mayores como a niños, y
que debemos ir adquiriendo paulatinamente.
Además, la actitud de los padres ante el inicio del nuevo
curso y la vuelta a su propio trabajo también puede influir en la buena o mala
adaptación a la rutina del niño. Los niños aprenden por imitación y
observación, así que la forma de comportarse de los padres se va a ver
reflejado en el comportamiento de los hijos.
¿Qué podemos hacer para que la vuelta al colegio no sea tan
dura para nuestros hijos?
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Recupera los horarios normales. Para evitar que se sienta cansado,
es recomendable, unos días antes de empezar las clases, retomar los horarios de
comidas y sueño, para que poco a poco se adapte a la nueva rutina.
-
Organizar el material escolar. Procura que tu hijo se involucre a
la hora de ir a comprar o recoger los libros y material escolar, y que sienta
curiosidad por las nuevas asignaturas y el temario para este curso escolar que
empieza.
-
Prepara un ambiente de estudio. Lo idóneo es tener un sitio fijo
donde poder hacer estudiar y hacer las los deberes y tareas del colegio. Procura que este espacio sea
tranquilo y alejado de elementos que puedan distraer al niño de sus tareas,
como por ejemplo los juguetes o la televisión.
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Muestra aspectos positivos de la vuelta al colegio: el
reencuentro con los amigos, las horas del recreo, los juegos, las actividades
extraescolares o el aprendizaje de nuevos conocimientos. Para aumentar su
motivación recuérdale anécdotas divertidas vividas en el colegio durante los
cursos anteriores.
Una vez recuperada con éxito la rutina, no olvides que
dedicar parte del tiempo a disfrutar con tus hijos y hacer actividades en
familia.
Silvia Abbad-J.A.
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