7 de septiembre de 2014

VIVIR EN TIEMPOS DE GUERRA


Un avión de civiles derribado por un misil, palestinos e israelitas asesinados en sus casas, calles… La constante inestabilidad política, social y económica en África Subsahariana. Y como estos, muchos otros conflictos que suceden por todo el planeta y en los que apenas nos paramos a pensar porque nos tocan de muy lejos o porque es mejor mirar hacia otro lado. Sea como sea, no debemos olvidar que detrás de la guerra, de cada conflicto, hay miles de personas que están pagando las consecuencias de los actos de unos pocos. Miles de personas a las que por desgracia, les ha tocado “vivir en tiempos de guerra”

La guerra deja su huella a nivel económico, político pero quizás la repercusión más importante sea a nivel social y personal, porque no olvidemos que la guerra la hacen las personas y son las personas, las que acaban sufriendo sus consecuencias. Un país o región tarda años en recuperarse de un conflicto, en volver a la normalidad pero, ¿Y un ser humano? ¿Puede superar y recuperarse de una guerra?

La situación vital a la que está sometida la población, marcada por la incertidumbre, terror y la indefensión y sin olvidar el hambre, las enfermedades y las muertes darán lugar, en la mayoría de los casos, a graves consecuencias psicológicas y psiquiátricas. Pero no todas las personas tendrán las mismas reacciones y éstas dependerán en gran medida de sus fortalezas y experiencias pasadas.

El problema psicológico que aparece con mayor frecuencia es el Estrés Post- traumático (TEPT) Es decir, la aparición de una gran cantidad de sintomatología ansiosa tras haber presenciado o vivido un hecho traumático en el que su vida o la de otros corre peligro. Pero si se aborda a tiempo y empleando los recursos adecuados, se puede volver a un funcionamiento óptimo con relativa prontitud. Pero el problema principal que encontramos en la guerra, es el estrés crónico, ya no es que tu vida corra peligro sino que eso lleva siendo así mucho tiempo y no sabes cuándo va a acabar. No controlas tu vida, estás en las manos de otros.

Pero aunque las secuelas negativas son más que evidentes, también se ha comprobado que se puede producir un crecimiento personal cuando eres víctima de este tipo de conflictos. Y una de esas fortalezas es la resiliencia, es decir la capacidad de adaptarse bien al trauma o adversidad.

Parece imposible, pero ¿cómo se puede desarrollar la resiliencia en tiempos de guerra? Algunas de las cosas que pueden ayudar es buscar apoyo en otras personas o en la fe, dosificar la cantidad de información sobre datos de la guerra, ayudar a los demás o siempre que sea posible, mantener una rutina diaria. Por otro lado, prever y planificar un plan de emergencia, fortalecer la autoestima o mantener una actitud positiva y esperanzada con el futuro son elementos esenciales para hacer frente a las dificultades de forma adaptativa. (Adaptado de American Psychological Association)

Y aunque no es consuelo, sabemos que el ser humano tiene tal capacidad de adaptación y un instinto de supervivencia tan desarrollado, que puede superar y sobrevivir a situaciones muy complejas y dramáticas como es “vivir en tiempos de guerra” e incluso salir fortalecido de ellas.

Paula Gordillo



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