Se dice que el discípulo de un venerable sabio, estaba extrañado y sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz, a pesar de las dificultades que tenía en la vida.
Intrigado, un día, le
preguntó:
- Maestro, ¿cómo es que siempre se te ve tan contento y
satisfecho?
- Amigo mío, no hay secreto alguno en esto.
- Cada mañana cuando me despierto, me hago la misma pregunta
a mí mismo:
-¿Qué escojo hoy? ¿Alegría o tristeza?
- Y siempre escojo alegría.
“Aplícate el cuento”, de Jaume Soler y Mercè
Conangla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario