28 de agosto de 2014

¿Qué escojo hoy?


Se dice que el discípulo de un venerable sabio, estaba extrañado y sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz, a pesar de las dificultades que tenía en la vida.

Intrigado, un día, le preguntó:

- Maestro, ¿cómo es que siempre se te ve tan contento y satisfecho?

El maestro le respondió:

- Amigo mío, no hay secreto alguno en esto.

- Cada mañana cuando me despierto, me hago la misma pregunta a mí mismo:

-¿Qué escojo hoy? ¿Alegría o tristeza?

- Y siempre escojo alegría.
 
 
“Aplícate el cuento”, de Jaume Soler y Mercè Conangla.

 


14 de agosto de 2014

Síndrome de Peter Pan ¿Verdad o ficción?


El síndrome de Peter Pan no es sólo una realidad sino que además afecta a más personas de las que podemos pensar.

Este problema es más común en hombres que en mujeres y se podría definir como la resistencia a crecer, es decir, el deseo de seguir siendo un niño a pesar del paso del tiempo.  Son personas que viven como niños presentando una gran inmadurez en casi todos los aspectos de su vida. Es frecuente que se trate de adultos a los que les da miedo la soledad, siendo dependientes de otras personas aunque con una gran resistencia al compromiso. Por otro lado, al igual que niños y adolescentes, suelen ser muy narcisistas y rebeldes.

Como es de esperar, este comportamiento genera importantes consecuencias en el día a día. En primer lugar, suelen presentar elevados niveles de ansiedad y tristeza. Por otro lado, el rechazo a asumir responsabilidades les impide avanzar y conseguir metas, afectando directamente en su autoestima.

Es difícil identificar las causas que provocan este síndrome pero parece que está relacionado con las experiencias vividas durante la infancia. Por un lado haber tenido una infancia feliz con muchos privilegios puede dar lugar a deseos de no abandonar esa cómoda situación y por otro lado, y en sentido contrario, si se ha tenido una infancia falta de cariño y de gratificaciones, se intentaría recuperar el tiempo perdido.

Pero a pesar de todo, es algo que se puede prevenir. Uno de los principales medios comienza precisamente en la infancia. Es importante que desde que los hijos son pequeños se les enseñe a ir resolviendo pequeños problemas cotidianos, se les exponga a la frustración, se les deje “sufrir en pequeñas dosis” y se le marquen unos límites claros. Todo esto combinado con el cariño, el amor y la flexibilidad. Como vemos, una vez más, la clave está en conseguir un equilibrio.

Pero como ocurre en los cuentos, las personas que padecen este problema pueden tener un final feliz. Hoy en día la psicología pone en manos de éstos recursos muy eficaces que les dan el empujoncito que necesitan para crecer.

"Wendy, ¿por qué tenemos que crecer?"
 Peter Pan


Paula Gordillo

7 de agosto de 2014

Las piedras




De pie frente al auditorio de gente muy exitosa dijo: Quisiera hacerles un pequeño examen...
De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.

Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio:

¿Está lleno este jarro? Todos los asistentes dijeron ¡Sí! 


Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro? Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.

Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.
Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca
podrás colocarlas después.

5 de agosto de 2014

Redes sociales: ¿Qué ha cambiado?

Seguro que formas parte de alguna red social. ¿Cuánto tiempo le dedicas? Con el uso abusivo de las redes sociales podemos perdernos muchas de las cosas que pasan a nuestro alrededor, y si no estamos pendientes de ellas perdemos la oportunidad de disfrutar de ellas.

Hoy en día las redes sociales se han convertido en una parte importante de la sociedad, especialmente de los más jóvenes. Muchas personas se conectan a los dispositivos electrónicos desde primera hora de la mañana, los utilizan para el trabajo y no los dejan de usar hasta que se acuestan. Un estudio realizado con jóvenes estadounidenses informa que pasan más del 22% del día en las redes sociales.

Los seres humanos somos seres sociales, por lo que tenemos la necesidad de relacionarnos con otras personas, comunicar pensamientos, ideas, emociones y experiencias. Desde hace tiempo la forma que tenemos de comunicarnos con otras personas ha cambiado, permitiendo comunicarnos en cualquier momento y en cualquier situación con otras personas.

Sin embargo ¿utilizamos las redes sociales de manera adecuada? El uso de las relaciones sociales nos favorece a la hora de mantener nuestras relaciones sociales, en cualquier momento podemos hablar con ellos, mandarles una foto o indicarles dónde nos encontramos.  Pero, ¿has pensado en lo que perdemos usando esta vía de comunicación?

El uso abusivo de las redes sociales reduce la posibilidad de vivir momentos con nuestros amigos de verdad, de compartir opiniones y risas con las personas más cercanas. Además, hay cosas que no se pueden experimentar ni contar por este medio de comunicación, como un beso, un abrazo o el consuelo de un buen amigo.

Te plateamos una pregunta para reflexionar: ¿Qué te aportan las redes sociales y qué es de lo que te han privado?

No permitas que las redes sociales te quiten lo más importante: vivir emociones y compartir experiencias con personas que te importan. ¡Levanta la vista!

2 de agosto de 2014

La ciudad de los pozos

Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes… pero pozos al fin.

Los pozos se diferenciaban entre sí, no sólo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.

La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado. Un día llegó a la ciudad una “moda” que seguramente había nacido en algún pueblito humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.

Así fue cómo los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de joyas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más, optaron por el arte, y fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.

Pasó el tiempo. La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más. Los pozos no eran todos iguales, así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior… Alguno de ellos fue el primero: En lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose. No pasó mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.
Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad… Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho. Pronto se dio cuenta que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido…
Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo. Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho… Un día , sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa. Adentro, muy adentro, y muy en el fondo encontró agua…
Nunca antes otro pozo había encontrado agua… El pozo superó la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera. La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar. Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron árboles después… La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar “El Vergel”. Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.

- Ningún milagro – contestaba el Vergel – hay que buscar en el interior, hacia lo profundo…
Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas… En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío… Y también empezó a profundizar… Y también llegó al agua… Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo…

- ¿Que harás cuando se termine el agua? – le preguntaban.
- No sé lo que pasará – contestaba
- Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua hay.
Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento. Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma… Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro. Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:

La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar…

Cuento de Mamerto Menapace del libro “Cuentos para pensar” de Jorge Bucay