14 de diciembre de 2014

Convivir con un niño con hiperactividad

En los últimos años hemos oído mucho hablar del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), ya que cada vez más niños son diagnosticados con dicho trastorno. Cada vez son más los padres y profesores que se alarman cuando el comportamiento del niño no es adecuado o cuando molesta más que los otros niños.

Quizá nos asuste la idea de que nuestro hijo sea más movido que los demás niños de su edad, que interrumpa con frecuencia o no realice las tareas de casa y el colegio. Hay que tener en cuenta que las características de cada niño son diferentes y  ello no implica necesariamente que nuestro hijo tenga algún problema.

Además, los padres tienen que comprender que no es algo pasajero, que pasa a medida que su hijo crece, sino que requiere trabajo hacer que nuestros hijos aprendan a adaptarse a las necesidades del entorno. En estos casos, la constancia y la paciencia, por parte de los padres, para la educación de los niños con este trastorno, es fundamental.

Este trastorno, no sólo se caracteriza por los síntomas que podemos observar en el niño, sino que afecta de manera negativa tanto a sí mismo como al entorno en el que se relaciona:
  • Pueden tener problemas a la hora de aprobar las asignaturas por no llevar las tareas hechas. Tienen dificultades para aprobar exámenes por no leer bien los enunciados (inatención) o contestar de manera impulsiva
  • Pueden repetir curso.
  •  Suelen discutir con sus compañeros por no cumplir las normas del juego
  •   Pueden llegar a ser rechazados por sus iguales y sentirse aislados
  •  Las familias pueden tener un mayor nivel de estrés y una mayor frecuencia de sufrir síntomas depresivos
  • El niño puede tener baja autoestima

Convivir con un niño con hiperactividad puede resultar complicado si no se toman las medidas necesarias. En primer lugar, debemos dirigirnos a un especialista que haga una evaluación para descartar o no el problema, y en el caso que fuera necesario planificar un tratamiento adaptado a los problemas de niño.


Te damos algunas pautas útiles para que apliques en casa, con el objetivo de mejorar la convivencia y el desarrollo escolar y social de tu hijo.

-    Planifica las actividades diarias. Establece con tu hijo un horario en el que se vean reflejadas todas actividades que abarca el día, desde la hora de despertarse, hasta la hora de comer, hacer deberes o de ir a la cama. El horario debe estar colocado en un lugar visible para todos.

-     Establece normas en casa. Es importante el niño conozca tanto las normas como sus consecuencias positivas o negativas.

-      Asegúrate de que entiende las instrucciones. Las instrucciones deben ser cortas y muy concretas. Antes de que realice la instrucción, pregúntale qué es lo que tiene que hacer, así comprobarás si lo ha entendido o no.

-        Premia las buenas conductas. Las personas, y más en concreto los niños, aprendemos por un sistema de refuerzos y castigos. Es importante premiar las conductas que consideramos adecuadas si queremos que las vuelva a repetir.
Premia también el esfuerzo que hace a la hora de estudiar, no tanto los resultados que obtenga en las asignaturas.

-       Aplica lo aprendido en otros ámbitos. Para conseguir un buen funcionamiento de nuestro hijo, es adecuado que las normas y recompensas se establezcan de igual forma en otros ámbitos. Por ello sería importante que los profesores usaran las mismas estrategias que los padres.


Silvia Abbad-J.A.

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