Nuestra
actividad diaria nos limita muchas veces a la hora de llevar a cabo actividades
que nos son gratificantes y con las cuales disfrutamos.
Las
obligaciones, el trabajo, los estudios, la familia… se convierten en barreras
para el propio disfrute personal; en ocasiones hasta en los días de descanso.
Por esta
razón vamos dejando de realizar actividades con las que antes disfrutábamos y
cada vez nos cuesta más salir de la rutina y emprender proyectos o planes que nos
gustaría realizar.
Si nos dejamos llevar por el estrés y las responsabilidades,
es posible que a pesar de poner en marcha actividades placenteras, no seamos
capaces de disfrutar con ellas o pierden el valor debido a que no centremos la
atención que se merece.
Estas actividades agradables son
diferentes en cada persona, al igual que unos disfrutan leyendo un libro,
paseando por el parque, cocinando o cenando con su pareja; otros encuentran el
mismo atractivo en los deportes de riesgo, escuchar música, ir al gimnasio o tomar
algo con sus amigos.
Lo que es
común a todas ellas es el carácter positivo de satisfacción y disfrute que nos
aportan, además de la capacidad de absorción de nuestra atención.
Se recomienda
que realicemos tanto actividades en grupo y en pareja como individualmente;
siendo esta última la herramienta fundamental para la realización personal y el
fortalecimiento individual.
Algunos de
los beneficios de la puesta en práctica son:
- Disfrutar
del tiempo libre y del ocio, ayuda a que nuestro estado de ánimo aumente.
- Fomenta la
puesta en práctica y realización de nuevas actividades.
- Consolida
las relaciones sociales y familiares, llevando a cabo una interacción más positiva.
- Nos ayuda
a afrontar el resto de tareas de una forma mucho más relajada, ya que
sabemos que tendremos la posibilidad de desconectar en el momento
programado.
- Nos
fortalece ante las dificultades, facilitando la independencia personal y el bienestar.
Por todo ello, dichas actividades
deben ser una tarea más en nuestra rutina diaria y con mucha más intensidad en
nuestra planificación semanal; marcándolo como obligatorio en nuestras agendas.
Lucía Alonso Pérez
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