Desde, incluso antes de nacer,
estamos rodeados de melodías. La música forma parte de nuestro día a día, ya
que escuchamos música en numerosas ocasiones a lo largo del día: en casa, en el
coche, de camino al trabajo, para hacer ejercicio, en la televisión, para
relajarnos… Sin embargo, ¿te has parado a pensar alguna vez en cómo la música
repercute en nosotros?
Se han realizado estudios, en los que
un grupo de personas escuchaban canciones de contenido violento y otro grupo
que escuchaban canciones del mismo grupo musical pero el contenido de las
canciones era otro. A continuación se les presentaba una lista de palabras. Las
personas que escuchaban las canciones de letras violentas, daban un significado
violento a palabras neutras como roca o palo.
La música tiene una fuerte influencia
sobre nosotros, ¿de qué manera nos puede influir?
-
En
el estado de ánimo
¿Qué tipo de música te gusta escuchar
en cada momento? La música afecta a
nuestro estado de ánimo, por lo tanto, en función de cómo nos sintamos, vamos a
preferir un tipo de música u otro.
Si la música que escuchamos es
alegre, nuestro estado de ánimo mejora, nos activamos, estamos más positivos y
alegres. Si por el contrario, la música que escuchamos es triste, nos sentiremos
nostálgicos, melancólicos y con menos ganas de hacer cosas.
-
En
el aprendizaje, en el lenguaje y la expresión emocional
La música contribuye a mejorar la
autoestima, facilita la expresión emocional y favorece el desarrollo social,
permitiendo fortalecer las relaciones de amistad. La música ayuda a los más
pequeños a desarrollar habilidades, como la imaginación, la creatividad, la
atención, la memoria o la comprensión de enunciados complejos.
Existen estudios que han demostrado
que las personas que escuchan música desde pequeños y de manera habitual,
tienen mejores habilidades del lenguaje, son más felices y más creativos.
Música como terapia alternativa
Algunas terapias están basadas en la
música para mantener, mejorar o restaurar el funcionamiento físico, cognitivo,
emocional y social de las personas.
Muchos investigadores buscan la
capacidad de la música para rehabilitar pacientes con Alzheimer, Parkinson,
síndrome de Tourette, afasia, parálisis o lesiones cerebrales.
La música puede ayudar también a
estudiantes autistas que tengan dificultades para interactuar con los
compañeros y profesores.
La música también se utiliza como
analgésico para la reducción del dolor crónico o severo, para reducir el estrés
y la ansiedad, en personas con problemas de adicciones o en el proceso de
preparación al parto.
“Sin música,
la vida sería un error”
(Nietzsche)
Silvia Abbad-J.A.
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