26 de octubre de 2014

El poder de la música


Desde, incluso antes de nacer, estamos rodeados de melodías. La música forma parte de nuestro día a día, ya que escuchamos música en numerosas ocasiones a lo largo del día: en casa, en el coche, de camino al trabajo, para hacer ejercicio, en la televisión, para relajarnos… Sin embargo, ¿te has parado a pensar alguna vez en cómo la música repercute en nosotros?

Se han realizado estudios, en los que un grupo de personas escuchaban canciones de contenido violento y otro grupo que escuchaban canciones del mismo grupo musical pero el contenido de las canciones era otro. A continuación se les presentaba una lista de palabras. Las personas que escuchaban las canciones de letras violentas, daban un significado violento a palabras neutras como roca o palo.

La música tiene una fuerte influencia sobre nosotros, ¿de qué manera nos puede influir?

-          En el estado de ánimo

¿Qué tipo de música te gusta escuchar en cada momento?  La música afecta a nuestro estado de ánimo, por lo tanto, en función de cómo nos sintamos, vamos a preferir un tipo de música u otro.

Si la música que escuchamos es alegre, nuestro estado de ánimo mejora, nos activamos, estamos más positivos y alegres. Si por el contrario, la música que escuchamos es triste, nos sentiremos nostálgicos, melancólicos y con menos ganas de hacer cosas.

-          En el aprendizaje, en el lenguaje y la expresión emocional

La música contribuye a mejorar la autoestima, facilita la expresión emocional y favorece el desarrollo social, permitiendo fortalecer las relaciones de amistad. La música ayuda a los más pequeños a desarrollar habilidades, como la imaginación, la creatividad, la atención, la memoria o la comprensión de enunciados complejos.

Existen estudios que han demostrado que las personas que escuchan música desde pequeños y de manera habitual, tienen mejores habilidades del lenguaje, son más felices y más creativos. 

Música como terapia alternativa

Algunas terapias están basadas en la música para mantener, mejorar o restaurar el funcionamiento físico, cognitivo, emocional y social de las personas.

Muchos investigadores buscan la capacidad de la música para rehabilitar pacientes con Alzheimer, Parkinson, síndrome de Tourette, afasia, parálisis o lesiones cerebrales.

La música puede ayudar también a estudiantes autistas que tengan dificultades para interactuar con los compañeros y profesores.

La música también se utiliza como analgésico para la reducción del dolor crónico o severo, para reducir el estrés y la ansiedad, en personas con problemas de adicciones o en el proceso de preparación al parto.

“Sin música, la vida sería un error”

(Nietzsche)

Silvia Abbad-J.A.

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