3 de abril de 2014

¿Por qué nos cuesta tanto "decir no"?

Seguro que todos en alguna situación os habéis visto “obligados” a decir Si cuando en realidad queríais decir NO.  La mala noticia es que esto suele generar mucha frustración y rabia por lo que es probable que se acabe en discusiones o reproches pero la buena noticia es que esto es algo normal que a todos nos pasa, por eso no tienes que torturarte sino aprender a “decir no”.

Nos suele costar más decir que no a personas que conocemos, con las que tenemos vinculación de algún tipo (jefe, pareja, familia…). Esto normalmente ocurre porque creemos que al hacerlo se enfadaran con nosotros, quedaremos mal o deteriorará nuestra relación. Pero la realidad es que lo que realmente nos hace sentir mal o lo que acaba estropeando nuestras relaciones, es ir aguantando y aguantando hasta que un día explotamos y sale a relucir toda nuestra frustración y resentimiento. Cuando esto pasa solemos ser desagradables e incluso agresivos, dando lugar a lo que en un principio quisimos evitar.

Ten siempre en cuenta que tienes derecho a decir que no, al igual que el otro tiene derecho a pedirte algo. Si eres sincero, agradable y educado te sentirás bien tú y harás que tus relaciones se basen en la confianza y en el respeto, no en la resignación y en el miedo.

Hoy os damos algunas recomendaciones sobre cómo decir no de forma asertiva:
ü  Di algo positivo y sincero: a nadie nos gusta que nos digan que no, así que es importante que empieces de una forma positiva para que la otra persona no se sienta rechazada. Sé sincero, expresando tus sentimientos.
Ejemplo: “Me gusta que hayas contado conmigo, pero...”. “Me gustaría ayudarte/dejártelo pero…”

ü  No te justifiques ni mientas. Expresa claramente tú idea: lo mejor es que expreses de forma clara que no estás dispuesto a hacer lo que te están pidiendo. No le des muchas explicaciones y nunca mientas ni inventes excusas porque puede fomentar que la gente siga insistiendo o que te descubran.
Ejemplo: “…lo siento mucho, pero no puedo dejártelo”, “…tengo cosas que hacer” o “…prefiero no dejar este tipo de cosas”…

ü  Si lo consideras apropiado, propón una solución alternativa con la que te sientas cómodo: a veces no estamos dispuestos a hacer algo, pero nos gustaría ayudar de algún modo. Una opción es dar alternativas, pero dalas cuando lo consideres apropiado, no porque te sientas culpable.
Ejemplo. “¿Qué te parece si te acerco yo a la estación?”, “puedo decirte dónde me lo compré”…

¿Qué hacer cuando la gente es muy insistente?
A veces nos insisten tanto que acabamos cediendo, haciendo aquello que estábamos evitando hacer. Con la técnica del disco rayado, conseguimos mantenernos en nuestro mensaje sin dejarnos llevar por la incomodidad de la situación.

Por ejemplo: “Sé que necesitas el coche pero no me gusta dejarlo”, “lo siento mucho pero no puedo dejártelo”, “entiendo que lo necesites, pero no me siento cómodo dejándolo”…

Decir que no de vez en cuando no nos convierte en personas egoístas. ¡No tengas miedo a decir que no!

Paula Gordillo

No hay comentarios:

Publicar un comentario