17 de marzo de 2014

Nuevo reto: Búsqueda de empleo

En la actualidad el mundo laboral se ha convertido en un nuevo reto vital. Las noticias sobre la crisis y las tasas de paro, no nos ayudan mucho. Podemos decir que buscar trabajo es un trabajo en sí mismo.

La desmotivación comienza a ser generalizada, tanto en jóvenes estudiantes como en adultos y personas mayores que se encuentran en una situación de paro.
Dicha situación genera sentimientos de fracaso y un bajo estado de ánimo, pudiendo desencadenar problemas de ansiedad.

Sentirnos desorientados e incluso confusos es normal cuando las respuestas que recibimos en nuestra búsqueda no son satisfactorias. A pesar de estas emociones negativas no hay que rendirse ni darse por vencido.
Además, es frecuente que tengamos pensamientos contraproducentes que limiten nuestra búsqueda. Estos pensamientos negativos como por ejemplo “no me van a coger” “no estoy cualificado” “seguro que piensan que no valgo” “habrá otros mejores que yo” “no hay trabajo” etc.
Este tipo de ideas nos perjudican y colaboran a que no nos mantengamos activos. Suelen venir relacionados con nuestras capacidades, aumentando nuestros sentimientos de ineficacia; o sobre la situación general del mundo laboral, ayudando a justificar nuestra falta de constancia.

Algunas claves a tener en cuenta en la búsqueda son las siguientes, ¡Toma nota!:
  • Estructura un plan de búsqueda de empleo diario. Debe convertirse en una prioridad diaria, con un horario fijado.
  • Selecciona un área determinada de búsqueda, de esta forma los esfuerzos irán dirigidos a un objetivo determinado.
  • Dedica tiempo a hacer un buen curriculum vitae: atractivo y completo.
  • Realiza una carta de presentación que acompañe a tu currículum vitae. Ayudará a que el responsable de seleccionar a los candidatos tenga una visión más completa de ti.
  • Date de alta en las principales páginas webs de búsqueda de empleo, es cierto que son muchas y registrarse en ellas lleva mucho trabajo. Pero una vez hecho, podrás estar diariamente al tanto de las nuevas ofertas que se ajusten a tu perfil.
  • Ponte en contacto con las entidades y empresas que más te interesen de forma directa. Así podrán contar contigo en los futuros procesos de selección.
  • Si se te dan bien la tecnología anímate a realizar un video-curriculum y probar redes más avanzadas como Linkedin.
  • Durante el tiempo de búsqueda, continúa tu formación. Inscríbete a cursos que te mantengan activo y puedan completar tu experiencia. Ten en cuenta la relevancia que tienen los idiomas a la hora de enfrentarnos a una entrevista de trabajo.

En algún lugar hay un hueco para ti. Elimina las ideas negativas y pesimistas. Márcate un objetivo y ten paciencia. ¡No te rindas!


Lucía Alonso Pérez

13 de marzo de 2014

¿Qué sabes de la cafeína?

Estas afirmaciones son ¿verdaderas o falsas?:

1.    La cafeína es una droga
2.    Consumir cafeína de forma moderada no es malo para la salud
3.    La cafeína tiene un alto valor nutritivo
4.    Consumir cafeína ( café, refrescos de cola…) disminuye los niveles de alcohol en sangre
5.    La cafeína puede disminuir el apetito
6.    Es recomendable tomar bebidas o alimentos con cafeína cuando hay problemas de sueño

¿Te ha resultado fácil? ¿Hay en alguna que hayas dudado? En el post de hoy daremos respuestas a estas preguntas y hablaremos de algunos de los efectos de la cafeína en nuestro organismo, centrándonos en el nivel mental y emocional.

La cafeína es un estimulante del Sistema Nervioso Central (cerebro y médula espinal) y como tal, su consumo influye en todo el organismo.

La cafeína se encuentra en estado puro en el té, semillas de cacao o de café… Pero quizás la mayor parte del consumo se concentre en productos procesados como el chocolate, refrescos de cola, bebidas energéticas o café. Seguramente tomes más de uno de estos productos y, en dosis moderadas, se ha observado que aportan beneficios como una mayor concentración, mejora del rendimiento y favorece el estado de alerta y vigilia, es decir, “nos mantiene despiertos”. Pero cuando su consumo es excesivo, podemos sentirnos ansiosos, decaídos, inquietos, tener dificultades para dormir, tener nauseas o que se produzca un incremento de la tasa cardíaca. En estos casos, nuestra atención y rendimiento, se verían seriamente perjudicados. 

También se ha demostrado el carácter adictivo de la sustancia, aunque hay que señalar que esta dependencia varía enormemente de unas personas a otras. De hecho, las personas que abusan de la cafeína si dejan de tomarla, sufrirán el famoso síndrome de abstinencia. Podrán sentirse más cansados y somnolientos, irritables, menos hábiles y débiles físicamente.  Es por esta razón por la que se considera una droga, porque pueden aparecer respuestas de tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia. 

El consumo de cafeína está muy normalizado y a pesar de que es una sustancia tan conocida, sigue habiendo ideas erróneas sobre ella. Quizás las más conocidas son que reduce el nivel de alcohol en sangre o que engorda. Para que el consumo sea responsable, lo ideal es tener la máxima información posible.

En resumen, consumir cafeína de forma moderada puede mejorar tus funciones cognitivas pero pasado un límite, ocurre todo lo contrario. Del mismo modo, consumir cafeína cuando se tienen una prueba importante o problemas de sueño no parece ser recomendable ya que al ser una sustancia estimulante, puede generar mayor nerviosismo y bloqueo mental.


Respuestas:

1= V;  2=V;  3=F;  4=F;  5=V;  6=F

Paula Gordillo

10 de marzo de 2014

Psicología positiva

La psicología positiva es una disciplina dentro de la psicología que nos recuerda que la psicología no se centra sólo en el malestar, la enfermedad de las personas, sino que también trabaja para el bienestar y la felicidad de ellas. Una definición formal es: “La psicología positiva es una rama de la psicología, que busca comprender los procesos que subyacen a las fortalezas y emociones positivas del ser humano”.

M. Seligman, precursor de este enfoque de la psicología, muestra su interés por trabajar en los aspectos positivos del ser humano, basándose en estudios científicos. Seligman considera que hasta el momento ha habido un excesivo interés por parte de la ciencia a estudiar la enfermedad y los problemas de las personas y cómo ponerles solución. Sin embargo se ha olvidado estudiar cómo mejorar la calidad de vida, el bienestar. Para el psicólogo, el estudio de la salud, el bienestar y la felicidad es tan importante que el estudio de la enfermedad.

La psicología positiva pretende ampliar el foco de interés, sin dejar de lado el trabajo de los trastornos psicológicos, fijando sus objetivos en promover cualidades y fortalezas de los seres humanos.

La psicología positiva se interesa por:                                   
-   El bienestar subjetivo (la "felicidad").
-   Los estados de ánimo y las emociones positivas: alegría, risa, satisfacción, interés, amor romántico, elevación, "fluir"...
-   Los placeres sensoriales, intelectuales y estéticos.
-   Las fortalezas y las virtudes.
-  Prácticas saludables como el optimismo, la gratitud, la meditación, el ejercicio físico o la expresión artística.
-   Los intereses, las habilidades y los logros.
-   Las relaciones personales positivas.
-   Las instituciones (educativas, laborales, políticas...) positivas.
-   La transcendencia y el sentido de la vida.

Un ámbito que trabaja la psicología positiva es la prevención. Gracias a ella podemos impedir la aparición de problemas y enfermedades o que el grado de intensidad de éstas sea lo menor posible.
Esta rama de la psicología se encuentra en crecimiento, por lo que en el futuro todavía tiene que desarrollar instrumentos valiosos y formas de intervención eficaces. Lo que sí esta claro es que todos podemos ser felices y mejorar nuestra calidad de vida, independientemente de si tenemos algún problema o enfermedad.

Silvia Abbad-J.A.

9 de marzo de 2014

Autocontrol. Test de Marshmallow

¿Quién no ha actuado alguna vez de forma impulsiva? ¿Quién no ha caído alguna vez en la tentación? Os mostramos un experimento clásico en la psicología, donde vemos con claridad como hay personas que resisten mejor que otras a la tentación. 


El vídeo es una réplica de la investigación que llevó a cabo Walter Mischel en la Universidad de Stanford en el año 1972 y a la que denominó el “Test Marshmallow”. El procedimiento que eligió fue el siguiente: a niños de 4 a 6 años, les llevaba a una habitación libre de distractores y les ponía sobre la mesa una golosina. Les indicaba que si eran capaces de aguantar durante 15 minutos sin comerse el dulce, le daría otro como premio. Tras esto salía de la habitación y registraba la conducta de los niños.
Se observaron principalmente tres respuestas: comer la golosina, intentar distraerse e “ignorar” el dulce o jugar con el caramelo pero sin comerlo.

La conclusión más evidente fue que cuanto más pequeño era el niño, menos auto-control presentaba y más probable era que acabara comiéndose la golosina. Sin embargo, se hizo un seguimiento a lo largo de los años y se observó que aquellos niños que habían conseguido vencer a la tentación, eran más exitosos académica y socialmente y tenían una mayor inteligencia emocional. Por el contrario, los chicos que habían presentado menor auto-control, tenían una baja autoestima y una escasa tolerancia a la frustración.

A pesar de todo, la aportación más interesante que este estudio hizo en la psicología fue el Principio de éxito. Según el cual las personas que son capaces de aplazar sus gratificaciones, son más propensas a tener éxito. Es decir, se marcan objetivos y propósitos a largo plazo y luchan para conseguirlos.
En resumen, podríamos decir que una persona con autocontrol es aquella capaz de controlar no sólo sus conductas, sino también sus pensamientos y emociones para conseguir sus objetivos.  
No te preocupes si en alguna ocasión te dejas llevar por tus impulsos, es parte de la condición humana. Pero si quieres conseguir aquello que te has propuesto, el único camino que te lo hará posible es el de la constancia, perseverancia y esfuerzo… En definitiva, el autocontrol.

Paula Gordillo


6 de marzo de 2014

Sigo enganchado/a a... ¡Mi Ex-pareja!

Aunque parezca extraño no siempre que se rompe una relación, desaparece el vínculo con esa persona. Puede haber pasado mucho tiempo y que sigan presentes muchas emociones que boicoteen nuestros intentos de pasar página.

Normalmente cuando esto ocurre seguimos reviviendo hechos del pasado, pensado qué hicimos mal o imaginando cómo hubiera sido y, mientras ocurre todo esto nos olvidamos de lo más importante, vivir nuestro presente. Nos instalamos en el pasado o en el futuro pero es en nuestro presente, donde vamos a encontrar la cura para aliviar nuestro sufrimiento.

Seguramente estés pensando que es muy fácil decirlo pero más difícil conseguirlo, y es cierto, va a ser un duro camino. Pero ten siempre presente que al igual que aprendiste a querer a esa persona también puedes aprender a desengancharte de ella.

Veamos qué puedes hacer para conseguir “desengancharte” de tu ex:
  •          Acepta lo que ha ocurrido. No luches contra la realidad.
  •          Cambia el chip. Es decir, deja de darle vueltas a los mismos pensamientos y recuerdos una y otra vez. Sé realista y no te dejes llevar por ellos. Puede ayudarte determinar hasta qué punto es objetivo lo que piensas, si te sirve de algo pensar de ese modo o si realmente es tan catastrófico lo ocurrido. Y ten en cuenta que un pensamiento no tiene que ser el reflejo de la realidad.
  •          Conoce a otras personas pero evita compararlas con tu ex. Como hemos dicho, tienes que vivir el presente y tu ex forma parte del pasado. Además, puedes estar perdiéndote o dejando pasar a personas muy interesantes y quién sabe… quizás a una buena pareja.
  •          Si crees que tienes muy idealizada a tu ex pareja, puede que te sirva hacer un listado con sus puntos débiles o defectos. El objetivo no es odiarle sino comprender que no hay nadie perfecto, bajarle del pedestal y comenzar a pensar en nuestra ex pareja pero de un modo más realista.
  •          Cuando tu estado de ánimo esté un poco decaído, puede ayudarte quedar con amigos, hacer algo que te guste o practicar deporte. Y prohíbete hacer aquellas cosas que te entristecen más como ver fotos suyas, escuchar música triste, meterte en la cama a llorar o ver una película romántica.
  •          Elimina a tu ex de tus temas de conversación. Aunque es difícil no sirve de nada darle más vueltas a la ruptura ya que al hablar siempre de esa persona conseguirás que siga formando parte de tu presente y además, resultarás una persona muy pesada y negativa. Puede ayudarte pedirle a tus amistades que no te hablen del tema o que no te den información sobre tu ex.
  •          Tira o dona aquellos objetos que puedan recortarte a tu ex pareja o a la relación. Seguramente verlos te perjudica más que beneficiarte.
  •      Por último te recomendamos que si consideras que no puedes hacerlo solo o te encuentras muy decaído, acudas a un especialista. 

Deshacerme de ti fue eso, des-hacerme.
Ahora me toca armarme de nuevo, ahora sí, con armas.

Edgar Oceransky

Paula Gordillo

3 de marzo de 2014

El Autoconcepto: ¿Quién soy yo?

¿Cuántas veces os habéis preguntado: quién soy yo? Es muy complicado responder a esta pregunta, ya que tendemos a repetir lo que los demás consideran de nosotros, y definirnos en función de lo que nos trasmiten desde el exterior.

El autoconcepto y la autoestima están íntimamente relacionados, pero no son lo mismo. Ser consciente del concepto que tenemos de nosotros mismos de un modo realista, puede generar tanto una alta como una baja autoestima. Todo depende del valor que le demos a nuestra propia definición.

El autoconcepto es la imagen que tiene una persona de sí misma: es lo que “yo soy”.
  • La suma de opiniones, ideas, valoraciones y sentimientos que cada individuo forma sobre su propio yo.
  • Nuestras características y capacidades tanto personales (habilidades, rasgos físicos, etc.) como sociales.
Todas ellas pueden ser valoradas como positivas o negativas, independientemente de si me gustan o no, dando lugar a diferentes sentimientos.


El autoconcepto no es algo innato pero forma parte de un continuo, cada persona lo va construyendo a lo largo de su desarrollo, a través de las experiencias que vive, de las valoraciones que hace de las mismas y a través de las opiniones y valoraciones que recibe de los demás.

A lo largo de dicho proceso, debemos conocer el conjunto de aspectos que conforman nuestro concepto. Un buen manejo de fortalezas y déficits facilitará que podamos fomentar los aspectos más positivos y potenciarlos para equilibrar y solventar aquellas limitaciones que presentemos.
Aprender a conocerme para lograr conocer a los demás, saber valorar sus cualidades, del mismo modo que llegaremos a comprender y respetar sus dificultades.

¿Un autoconcepto realista en los niños?
Por todo ello debemos prestar atención a la formación del autoconcepto de los niños y contribuir a que la imagen que tengan de ellos mismos sea adecuada, realista  y positiva. De esta manera se desenvolverán con facilidad  en las diversas situaciones y tendrán una autoestima sana.
La familia y la escuela constituyen las dos principales influencias de formación del autoconcepto. Son lugares donde pasan por múltiples experiencias de éxito y de fracaso, tanto a nivel académico como social, donde ponen a prueban sus habilidades y capacidades. Por tanto debemos estar atentos para detectar sus debilidades y realzar sus fortalezas.


“Es importante conocerme a mí mismo para enfrentarme al mundo.”

Lucía Alonso Pérez

2 de marzo de 2014

Prevenir la obesidad infantil

Cifras de los últimos años indican que casi un 20% de los niños españoles son obesos. Si tienes un hijo, seguramente te hayas preguntado en alguna ocasión cómo hacer para alimentarle bien. Nos gustaría decirte que la justa preocupación por cómo dar de comer a un niño es legítima, al igual que lo es decidir qué colegio te parece el adecuado para escolarizarlo, o controlar lo que lee o ve en la televisión.
 
Que un niño padezca obesidad afectará a su desarrollo y su vida diaria. Ya en la infancia el exceso de peso produce enfermedades físicas y cambios anatómicos en el cuerpo del niño. Además de esto tu hijo podría sufrir problemas psicológicos como baja autoestima o problemas para relacionarse con otros niños. Ser obeso en la infancia es un riesgo para mantener esa obesidad a lo largo de la vida adulta. 

Por ello, sin obsesionarte, has de poner atención en qué come tu hijo. Nuestra recomendación es que el criterio para decidir su alimentación sea la salud, es decir, que el niño coma aquello que le permita estar saludable. No es adecuado trasmitir a tu hijo preocupaciones estéticas (asimilar el sobrepeso con la fealdad), que son propias de la edad adulta, y que podrían generar malestar y problemas psicológicos futuros en el niño.

Para tener éxito en la regulación de la alimentación, te recomendamos que los cambios que introduzcas se puedan mantener a lo largo de la vida, ya que de nada sirve llevar a cabo cambios extremos que no se podrán mantener siempre y generarán seguramente desórdenes en la alimentación y el frecuente efecto rebote (ganar incluso más peso del que se había conseguido bajar).

Por ello, te proponemos una serie de cambios que podrías introducir en la alimentación de tu hijo para que sea más saludable:

• Su menú debe ser variado y sin reducciones calóricas drásticas. Dicho esto, se recomienda: usar cereales integrales y lácteos desnatados, no abusar de la carne roja o sus derivados y promover el consumo de legumbres y frutos secos.
• Las raciones que le sirvas han de ser adecuadas a su edad, no sólo es importante la calidad sino también la cantidad.
• Los alimentos poco saludables o que contengan un exceso de calorías (algunas bollerías industriales, por ejemplo) no deben estar a la vista, ni ser alimento habitual en la despensa de tu casa.
• El agua es la bebida que mejor calma la sed. No recurras a dar a tu hijo zumos por sistema, si contienen exceso de azúcar, ni mucho menos bebidas carbonatadas.
• Genera un cambio de hábitos en tu hijo:
            • Hacer ejercicio adecuado a su edad y su condición física. Te recomendamos   los deportes pautados (por ejemplo, apuntarlo a natación o un equipo de un   deporte que le guste). También es importante recordar que los niños aprenden          con el ejemplo, así que practica deporte tú también.
            • Reduce las actividades sedentarias. No es adecuado más de 2 horas de           televisión al día. Lo mejor es que lo eduques para que se divierta haciendo    otras cosas más activas.
• Haz de la comida un momento agradable y un tiempo de compartir. Intenta que la mayor parte de las comidas sean en familia.
• Se recomienda que los niños aprendan a comer despacio; inténtalo con tu hijo.


Sobre todo y más importante, recuerda que tu objetivo es que tu hijo tenga una relación saludable con la comida, que tenga feeling con ella. Evita trasmitirle una preocupación obsesiva por ella o la idea de que comer es peligroso. Disfrutad comiendo juntos. 

Roberto Baztarrica